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HUMANISTAS MEXICANOS

 

HUMANISTAS MEXICANOS



JUAN B. DELGADO
Miembro de la Academia Mexicana de la Lengua
Generación 1870

Nació en Querétaro, Qro., el 27 de agosto de 1868; falleció en México, D.F., el 8 de marzo de 1929. Ingresó en la Academia el 19 de septiembre de 1924 como numerario; silla que ocupó: IV (3º).


El coronel Juan María Delgado, después de entrar con los vencedores a Querétaro, al caer el Imperio en 1867, se quedó administrando el Hospital Civil, instalado en el ex convento de Santa Rosa; por eso nació allí su hijo Juan, el 26 de agosto de 1868. En dicha ciudad estudió de niño y, luego, ya adolescente, otros cuatro años en el Seminario de esa diócesis, donde aprendió latín y se inició en el conocimiento de los clásicos y las bellas artes. Después, en México, fue alumno de la Escuela Nacional Preparatoria y comenzó la carrera de Medicina.
   Regresó a Querétaro y allí publicó su primer libro, en 1894, breve colección de sonetos que tituló Juveniles. Volvió a México, trabajó en la Dirección de Correos, colaboró en la revista Azul, de tan justo renombre, y trabó amistad con muchos escritores y poetas. Su primer libro formal, Poema de las montañas, apareció en 1898 y dos años después Las canciones del Sur, con temas de aquella región de nuestro país. En 1907 vivió en Monterrey: Director de la Biblioteca Pública y profesor de Literatura y Elocuencia en el Colegio Civil.
   En 1908 ingresó al Servicio Exterior, nombrado Cónsul en Managua, donde publicó otro libro de poemas: El país de Rubén Darío. También, en ese año, fue invitado a pertenecer a la Arcadia de Roma; su nombre de árcade fue "Alicandro Epirótico".
   Llamado a México, siguió prestando servicios en la Secretaría de Relaciones Exteriores y atendiendo la cátedra de Literatura en la Escuela Nacional Preparatoria. En 1912 se le encomendaron misiones diplomáticas en Madrid y en París; luego, publicó Alma vernácula, sonetos sobre su ciudad natal, escritos años antes. En el movimiento revolucionario se adhirió al partido de Carranza, trabajando con ese gobierno en México y en Querétaro. En 1919 fue nombrado Primer Secretario, adscrito a nuestra Legación en Roma, donde vivió dos años y publicó Bajo el haya de Títiro. Después de misiones especiales en Centroamérica, fue Ministro Plenipotenciario en Bogotá y luego en Managua, donde publicó, en 1922, El cancionero nómada. En 1923 regresó a México y quedó trabajando en la Comisión General de Reclamaciones hasta 1926, fecha en que solicitó su jubilación por enfermedad cardíaca. Retirado, en su modesta casa de la Colonia Industrial, murió el 8 de marzo de 1929.
Desde septiembre de 1918 había sido electo Miembro Correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua; pasó a serlo de Número en junio de 1923, para ocupar la silla número IV, sustituyendo en ella a Don José López Portillo y Rojas; leyó su discurso de recepción, que le fue contestado por Don Victoriano Salado Álvarez, y lo tituló “Nuevas orientaciones de la poesía femenina”, refiriéndose la obra poética de Juana de Ibarbourou y Delmira Agustini, de Uruguay; a la argentina Alfonsina Storni; la chilena Gabriela Mistral; la brasileña Gilka Machado; de Alice Lardé, salvadoreña, y de nuestra compatriota María Enriqueta Camarillo de Pereyra. (En Memorias de la Academia Mexicana, tomo X, México, 1954.)
Delgado fue un poeta clasicista, casi exclusivamente bucólico, sin duda poeta de tono menor pero muy cuidadoso de la forma, que apreciaba grandemente; él mismo lo dice: “De mí sé decir que tiene mi devoción todo artista del verso de filiación parnasiana.” Salado Álvarez lo ubica, diciendo: “Delgado se afilió a la escuela clásica que representaban con tanto brillo Montes de Oca, Othón y Pagaza... y siguió sus huellas con talento y maestría envidiables.” Sus poemas, los más de ellos paisajes o estampas, pudieron ser comentados por la crítica, cortés pero sincera, de Rubén Darío: “... pláceme ver que mi tierra natal haya inspirado a Juan B. Delgado, poeta mexicano, tan lindos versos. Aunque algunas veces no canta el ruiseñor dentro de las catorce rejas de la jaula, confieso que ésta es de oro y que ha sido labrada con arte.”
La obra de Don Juan B. Delgado puede hoy conocerse en el libro que, en su memoria y homenaje, hace pocos años publicó un familiar del poeta; el libro se titula: Juan B. Delgado. Poesía. Edición, selección y promio, por Rafael Oliveros-Delgado. México, 1968.
Fuente:
José Rojas Garcidueñas
Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp.

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Agradecemos el apoyo para la realización de este proyecto de:


FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS. UNAM

 


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