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HUMANISTAS MEXICANOS

 

HUMANISTAS MEXICANOS


JOSÉ DE JESÚS NUÑEZ Y DOMÍNGUEZ
Miembro de la Academia Mexicana

Generación 1885
Nació en Papantla, Ver., el 27 de abril de 1887; falleció en Santiago de Chile, el 31 de marzo de 1959. Ingresó en la Academia el 25 de enero de 1946 como numerario; silla que ocupó: VIII (7º).


J
osé de J. Núñez y Domínguez nació en Papantla, estado de Veracruz, el 27 de abril de 1887. Se dedicó al periodismo y cultivó la poesía, la historia y el cuento.
   Hizo estudios en la Escuela Nacional Preparatoria, en donde reveló su vocación periodística. Colaboró en El Mundo Ilustrado, la Revista Moderna y El Imparcial. Fue Director de Revista de Revistas durante largos años y redactor, y cronista literario de Excélsior. Diputado al Congreso de la Unión en 1913-1914, Secretario y Director del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología y Miembro de la Academia Mexicana Correspondiente de la Española y de la de Historia. Los últimos años de su vida se dedicó a la diplomacia, ocupó los cargos de Embajador de México en Honduras y en Chile, y su gestión dejó huella en el orden cultural.
   Luis G. Urbina patrocinó las actividades iniciales de Núñez y Domínguez, en el periodismo. Su primera obra poética apareció en 1915, con el título de Holocaustos. Después publicó los siguientes libros de poemas: La hora del Ticiano, con prólogo de Francisco Villaespesa, en 1917; Música suave, en 1921; El inútil dolor, con prólogo de José Juan Tablada, en 1923; Espuma de mar, en 1936; Poesías selectas, en 1937, y Cartas sin sobre y posdatas de sonetos, en 1957.
   Triunfante la Revolución, participa en el nacionalismo literario y artístico. En 1917 da a la estampa su ensayo El rebozo y Los poetas jóvenes de México y otros estudios literarios, en 1919. Entre sus libros de crítica merecen mencionarse Escritores franceses actuales, con prólogo de Carlos González Peña, de 1941, y Escritoras francesas contemporáneas, con prólogos de Jules Romains y Luis Alberto Sánchez, de 1945.
   Una selección de sus crónicas, con prólogo de Luis G. Urbina, se publicó en 1925, bajo el título de Las alas abiertas, pero gran parte de su labor de cronista literario se encuentra dispersa en diarios y revistas. En 1925 publicó Cuentos mexicanos y la novela corta La Ojitos. De sus estudios históricos deben citarse: Don Antonio de Benavides, el incógnito “Tapado”, de 1925; Un virrey limeño en México: Don Juan Acuña, de 1927; Gestas del solar nativo, prólogo de Luis González Obregón, de 1931; Al margen de la historia, de 1934; Martí en México, de 1934; y La virreina mexicana doña María Francisca de la Gándara de Calleja, de 1950.
Su obra ha sido elogiada por comentaristas como Alfonso Reyes, José Juan Tablada, Rafael López, Eduardo Colín, Ermilo Abreu Gómez y Carlos González Peña, entre los escritores mexicanos, y entre los extranjeros, Jules Romains y Luis Alberto Sánchez.
Durante los veinte años que dirigió Revista de Revistas, fue un animador de las letras mexicanas, particularmente en momentos aciagos de la época revolucionaria.
Ingresó a la Academia Mexicana Correspondiente de la Española, como miembro Correspondiente el 26 de febrero de 1930, fue designado de Número el 27 de agosto de 1945 y leyó su discurso sobre José Juan Tablada, al que dio respuesta Alfonso Reyes, el 28 de enero de 1946. Murió el 31 de marzo de 1959, en Santiago de Chile, en el desempeño de sus funciones diplomáticas. De suave romanticismo, no ajeno al rumbo modernista, busca la raíz nacional, cuya savia circula por la mayor parte de sus escritos.
Salvador Azuela
Semblanzas de Académicos. Ediciones del Centenario de la Academia Mexicana. México, 1975, 313 pp.

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Agradecemos el apoyo para la realización de este proyecto de:


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