Nació
en Mérida
de Yucatán, el día 3 de octubre
de 1788 |
Lorenzo
de Zavala
Más brillante como literato y como historiador
es don Lorenzo de Zavala, uno de los personajes
políticos más discutidos de la historia
de México. Nace don Lorenzo de Zavala en
la ciudad de Mérida de Yucatán,
el día 3 de octubre de 1788. En el colegio
de San Ildefonso, de su ciudad natal, hace sus
estudios de gramática latina, filosofía
y teología. Se distingue por la fogosa
elocuencia que había de hacer de él
uno de los más grandes oradores que ha
tenido México. Prisionero por algún
tiempo en San Juan de Ulúa, por sus ideas
liberales (1814-1817), aprende la medicina y el
inglés en sus ocios de cautivo. Electo
diputado a las Cortes españolas en 1820,
parte para Europa. En 1821 realiza esfuerzos por
lograr el reconocimiento de los gobiernos de Francia,
Inglaterra y España para la naciente entidad
política, que se llamara antiguamente la
Nueva España. Electo diputado al primer
Congreso nacional, hace “retemblar”,
según frase del doctor don Justo Sierra,
la tribuna del Congreso. Firma como presidente
de la representación popular la Constitucioón
de 1824. Ocupa después los puestos de senador,
gobernador del Estado de México y ministro
de Hacienda.
Viaja por Europa nuevamente y publica en París,
1831, su Ensayo histórico de las revoluciones
de México desde 1808 hasta 1830, su obra
capital. Vuelve a México en 1832, forma
parte del Congreso de 1833. En este mismo año
es nombrado ministro plenipotenciario en París.
Consigna sus observaciones sobre la vida política
de la Unión Americana en un libro: Viaje
a los Estados Unidos, (sembrado de reflexiones
profundas y de brillantes anuncios políticos).
El estado caótico de la política
mexicana en aquella época lo obliga a renunciar
su cargo diplomático. Se radica en Texas.
Segregada esta importante región del territorio
mexicano, Zavala toma parte activa en la política
de esta nueva República, siendo electo,
a poco, diputado a la convención de Austin,
por el distrito de Harrisbourg, convención
que había de declararle la guerra a México
en 1835. Murió en 1936.
En el Ensayo histórico se admira, al decir
de Sierra: “un estilo puro y flúido:
lenguaje castizo, rotundo y elegante: propiedad
admirable en los caracteres que describe; valentía
en las figuras; gracia y habilidad en los retratos”.
La admiración que profesaba don Justo Sierra
padre, por Zavala, hace que los encomios a su
obra, sean un tanto desproporcionados en cuanto
a su obra castiza y elegante. Para nosotros el
Ensayo histórico es, ciertamente, una de
las obras en prosa capitales de nuestra literatura
de la décimanovena centuria, más
por su movimiento, energía de concepto,
brillantez de exposición, rapidez, pintura
exacta de caracteres y situaciones, que por la
elegancia castiza de su estilo, nervioso y ágil,
elocuente y lleno de color; pero incorrecto, como
el de todos los historiadores de la época.
Personaje de cuenta, actos en muchas de las escenas
que narra, talento brillante, cultura superior,
entusiasmo desbordante, orador y periodista fogoso,
el Ensayo muestra, como en fiel espejo retratadas,
todas estas prendas que tanto interés daban
a la personalidad del gran historiador yucateco.
Muy de lamentar es que tan bellas cualidades no
hayan movido a buen fin la acción política
de Zavala, en su última y desdichada actitud,
de franca traición a la Patria.
Jiménez Rueda, Julio. Historia de la literatura
mexicana. Ediciones Botas. pp. 165-167. México,
1946.
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