Nació en Aguascalientes, Ags., el 19
de septiembre de 1868; falleció en
México, D.F., el 2 de diciembre de
1946.
Ingresó en la Academia el 28 de noviembre
de 1930 como numerario; silla que ocupó:
XIV (5º). |
Entre
los grandes educadores mexicanos ocupa distinguido
lugar Ezequiel Adeodato Chávez. De prócer
familia liberal, nació en Aguascalientes
el 19 de septiembre de 1868. Falleció en
la ciudad de México en 1946. En la
Escuela Nacional de Jurisprudencia realizó
sus estudios habiéndose graduado de abogado
el 26 de febrero de 1891. Llamado a colaborar
por su inteligencia, conocimientos, rectitud intelectual
y moral en la Secretaría de Justicia e
Instrucción Pública durante la gestión
de don Joaquín Baranda, quien en unión
de destacados intelectuales amplió los
planes educativos del país, Ezequiel Chávez
fue el auxiliar más decidido y eficaz de
esa transformación. A él se debió
la creación de los cursos de psicología
en la Escuela Nacional Preparatoria que prepararon
una positiva reacción en contra de la primacía
del sistema positivista, así como también
débesele la elaboración, estudio
y defensa de varias iniciativas de ley presentadas
ante el Congreso en favor de la educación.
Su actuación, conocimiento de los problemas
educativos del país y continua actividad
hicieron que al ocupar don Justo Sierra el Ministerio
de Justicia e Instrucción Pública
llamara a Ezequiel Chávez a colaborar con
él. Si Sierra fue el gran promotor de notables
reformas educativas, el ejecutor de medidas trascendentales,
Chávez fue el técnico, el orientador
y consejero insustituible. Fungió
como Subsecretario de Instrucción Pública
y Bellas Artes del 1º de julio de 1905 al 30 de
marzo de 1911, auxiliando a Sierra una vez que
logró se creara la Secretaría de
Instrucción Pública separándola
de la Justicia. Ocupó el puesto de Rector
de la Universidad Nacional del 10 de diciembre
de 1913 al 2 de septiembre de 1914 y del 28 de
agosto de 1923 al 8 de diciembre de 1924. Fue
también Director de la Escuela Nacional
Preparatoria y Director de la Facultad de Altos
Estudios.
Como funcionario se preocupó por aumentar
el presupuesto educativo y los sueldos de maestros
y empleados administrativos en la Secretaría
de Educación; por crear un sistema de pensiones
de retiro que beneficiara al magisterio nacional
y por promover la federalización de la
enseñanza para hacerla más efectiva
y extenderla a todos los confines del país
y obtener la autonomía universitaria. Los
planes de estudio y programas que preparó
fueron numerosos y las reformas obtenidas en el
campo de la educación eficaces y oportunas.
Inclinado a un espiritualismo trascendental y
defensor celoso y decidido de la libertad de pensamiento,
de cátedra y de expresión, combatió
las imposiciones dogmático-políticas
con valor y autoridad.
Profesó en varias escuelas, la Nacional
Preparatoria, la Facultad de Altos Estudios, después
de Filosofía y Letras, la Escuela Normal,
la Facultad de Jurisprudencia, la Escuela Normal
Superior en México y el Colegio Nacional
y en las Universidades de California, Cincinnati,
la Central de Madrid y perteneció a numerosas
instituciones científicas que le honraron
con notables menciones como el Instituto Británico
de Filosofía, la Internacional Phenomenological
Society, la Association Guillaume Budé,
etc.
Su obra gira en torno a la filosofía, la
psicología y la educación; cultivó
también el ensayo y la poesía. Entre
su múltiple producción citamos tan
sólo: Ensayo de psicología de la
adolescencia (1928); Reflexiones sobre la intuición
y la razón (1936); Dios, el Universo y
la libertad (1935); El pensamiento filosófico
de Enrique Bergson (1939). Como estudios psicológicos
y de literatura psicológica de gran validez
tenemos: Sor Juana Inés de la Cruz. Su
vida y su obra (1931); La psicología de
Cristóbal Colón (1938). Entre sus
ensayos: ¿De dónde venimos y a dónde
vamos? (1946) en el que nos dejó valiosa
semblanza autobiográfica. De sus estudios
educativos e históricos deben mencionarse:
Las cuatro grandes crisis de la educación
en México (1943); Contra la servidumbre
del espíritu (1939); Fray Pedro de Gante
(3ª ed. 1962); Apuntes sobre la Colonia (1948)
y objetivas biografías de Hidalgo, Morelos,
Iturbide y Juárez (1956-1962).
Las letras francesas fueron
de su predilección y a él se deben,
limpias, transparentes y fieles versiones de la
obra de Maeterlinck, Verhaeren, Régnier,
Hugo, Musset, Bergson. Algunos años dictó
cátedra de las letras francesas, pero su
obra esencial la representa su enorme esfuerzo
en torno de una auténtica reforma educativa
y el desarrollo cultural de México, el
cual ansió se realizara dentro de un amplio
ambiente de libertad, de confraternidad y de altura
intelectual y espiritual. Pocos trabajos
existen en torno de su labor aún ignorada.
A más de contar con preciosas y sinceras
páginas autobiografiadas, hoy tenemos una
notable biografía apologética preparada
con un amor excepcional por su hija Leticia Chávez.
Fuente:
Ernesto de la Torre Villar
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, 313 pp.
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