Nació
el 16 de septiembre de 1873 en San Antonio
Eloxochitlán, distrito de Teotitlán
del Camino, Oaxaca, murió en la cárcel
de Leavenworth en Kansas Estados Unidos el
21 de noviembre de 1922. |
CAPITULO UNO: EL
JOVEN LIBERAL.
Ricardo
Flores Magón nació el 16 de septiembre
de 1873 en San Antonio Eloxochitlán, distrito
de Teotitlán del Camino, Oaxaca, donde
sobrevivían los valores y prácticas
comunales.
En 1911, en un artículo publicado en REGENERACIÓN
de fecha 2 de septiembre, Ricardo, recordando
el medio social en que nació escribió:
"En México viven unos cuatro millones
de indios, que hasta hace veinte o veinticinco
años vivían en comunidades, poseyendo
en común las tierras, las aguas y los bosques.
El apoyo mutuo era la regla de esas comunidades...no
había jueces, ni alcaldes, ni carceleros,
ni ninguna polilla de esa clase. Todos tenían
derecho a la tierra, al agua para los regadíos,
al bosque para la leña y a la madera para
construir los jacales. Los arados andaban de mano
en mano, así como las yuntas de los bueyes.
Cada familia calculaba ser suficiente para producir
lo necesario y el trabajo de escarbar y levantar
las cosechas se hacía en común,
reuniéndose toda la comunidad, hoy para
levantar la cosecha de Pedro, mañana para
la de Juan y así sucesivamente.
"Para levantar un jacal ponían manos
a la obra todos los miembros de la comunidad...la
moneda casi no era necesaria, porque había
intercambio de productos".
Juan Gómez Quiñónez en su
libro LAS IDEAS POLÍTICAS DE RICARDO FLORES
MAGÓN, dice que esta experiencia colectivista
del joven Ricardo se fortaleció en las
discusiones familiares y su posterior visión
de una utopía anarco-comunista se inspiró,
en parte, en esa realidad indígena y en
la herencia histórica. Nunca negó
su devoción a los valores colectivos.
Su familia, aunque no estaba en la miseria, se
hallaba en situación económica precaria,
la cual empeoró durante la juventud de
Ricardo.
Tanto su padre, Teodoro Flores, como su madre,
Margarita Magón, fueron liberales, "juaristas
de hueso colorado". Ambos lucharon contra
los conservadores y contra los franceses. Su padre
era oficial de Ejército y, junto con su
esposa, rechazaba a Porfirio Díaz, llamándolo
usurpador, tirano y traidor a los ideales liberales.
El padre de Ricardo no buscó acomodo en
el régimen de Díaz, a diferencia
de muchos otros "liberales", y siempre
sintió una fuerte veneración por
el presidente Benito Juárez y por los liberales
de la Reforma.
James D. Cockcroft, en su libro Precursores intelectuales
de la Revolución Mexicana, escribió
que el padre de Ricardo era un militar que había
luchado con Díaz en la revuelta de 1876y
que, más tarde, fue ascendido al rango
de Teniente Coronel. Los padres de Ricardo eran
de ascendencia indígena, mazatecos puros.
Salvador Hernández Padilla, en su libro
El Magonismo: historia de una pasión libertaria,
nos habla de cómo eran los padres de Ricardo.Cuando
Ricardo, junto con su hermano Jesús, fue
encarcelado, después de su discurso antiporfirista
de 1901 en el primer Congreso Liberal, su madre
enfermó de gravedad. Una noche alguien
llamó a la puerta del cuarto de vecindad
que habitaban Doña Margarita y su hijo
Enrique, quien al abrir se encontró con
un desconocido que pedía hablar con la
señora Magón, y una vez frente a
ella, dijo: "Tengo el honor de hacerle una
propuesta de parte del Presidente Porfirio Díaz".
De qué se trata, preguntó Doña
Margarita. "El presidente le promete, sobre
su palabra de honor, que en menos de media hora
sus hijos quedarán en completa libertad,
con la condición de que les pida usted,
como última voluntad, que dejen de atacarlo".
Aunque consumida por la fiebre, la Señora
Magón respondió con voz tranquila:
"Diga al presidente que escogió morir
sin ver a mis hijos. Y lo que es más, dígale
esto: Prefiero verlos colgados de un árbol,
o pegados a un garrote, a que se arrepientan o
retiren nada de lo que han dicho o hecho".
Poco después, moría Margarita Magón.
El joven Ricardo, estudiante de la Escuela de
Jurisprudencia en la capital del país,
no sólo bebió de los libros de historia,
donde se resaltaba la importancia del liberalismo
del siglo pasado, sino, sobre todo, inició
sus actividades políticas en compañía
de varios liberales que se enfrentan al régimen
dictatorial del general Porfirio Díaz.
Este grupo oposicionista, en el que estaba Camilo
Arriaga, nieto del gran liberal reformista Ponciano
Arriaga, se sentía heredero de los principios
que había sostenido la generación
reformista de Juárez, Ignacio Ramírez,
Guillermo Prieto, Melchor Ocampo y Sebastián
Lerdo de Tejada.
Es común afirmar que el pensamiento de
Ricardo Flores Magón evolucionó
del liberalismo al anarquismo, pero pocos autores
indican que este cambio se realizó en 1901,
cuando conoció a Camilo Arriaga.
Camilo, de quien hablaremos más adelante,
simpatizaba con las ideas anarquistas, y cuando
Ricardo y otros jóvenes lo visitaron en
San Luis Potosí, él les proporcionó
las obras de los teóricos anarquistas europeos.
Por tanto, podemos afirmar que fueron cerca de
diez años, de 1892 a 1901, los que militó
Ricardo en las filas del pensamiento liberal reformista.
Como liberal, Ricardo formó parte de la
corriente nacionalista del liberalismo mexicano.
Sus principales motores como liberal, eran el
amor a la Patria y el deseo de que la clase media,
los trabajadores y los indígenas disfrutaran
de bienestar. Luchó por la democracia representativa
y por el cumplimiento, en la práctica,
de la Constitución de 1857.
Mientras fue liberal, creyó que las buenas
intenciones y una conducta ética bastaban
para lograr la reforma de la sociedad. Ponía
énfasis en la importancia de la educación
general y de la voluntad individual para realizar
las reformas políticas. Predicaba el sentido
de responsabilidad cívica y exhortaba a
las masas a organizarse políticamente creyendo,
que esto era posible aún bajo el régimen
de Díaz.
Durante sus primeros años de militancia
Política, se preocupó principalmente
de los problemas jurídicos y políticos,
apoyando tanto la idea como la del patriotismo
cívico, y rechazando la revolución
como método, ya que la consideraba contraproducente
para el progreso nacional.
Para el joven liberal, el único resplandor
de democracia en la historia de México
era la Reforma, experimento que fue sofocado por
la dictadura de Porfirio Díaz.
Poco a poco, Ricardo y, sus seguidores más
cercanos, fueron radicalizándose y ampliando
su pensamiento y acción, como resultado
de la experiencia política, la represión
policíaca y el estudio de libros anarquistas.
Antes de continuar con las actividades políticas
de Ricardo, es necesario ubicar históricamente
las condiciones económicas, políticas
y sociales que le tocaron vivir: nos referimos
al porfirismo.
Adolfo Gilly nos dice en su libro La Revolución
interrumpida, que e grupo de intelectuales encabezados
por Benito Juárez tuvo como objetivo económico
y político desarrollar el capitalismo mexicano.
Las Leyes de Reforma tuvieron como fin quitarle
las propiedades agrarias al clero católico
mexicano y, de paso, a las comunidades indígenas,
para fortalecer económicamente al Estado,
instrumento jurídicomilitar al servicio
de las clases dominante.
Estas leyes pretendían crear una clase
de pequeños propietarios agrarios, pues
no sólo iban dirigidas a poner en circulación
en el mercado las propiedades del clero, sino
también las tierras de las comunidades
indias, liquidando la antigua estructura de la
propiedad comunal.
El resultado de esas leyes fue el surgimiento
de una nueva concentración latifundista
de la propiedad agraria.
Al desarrollarse el capitalismo, no solo debilitó
al clero católico, sino también
a las comunidades agrarias indias, que fueron
fraccionadas y acaparadas por los grandes latifundistas,
convirtiendo a los comuneros en n peones de los
terratenientes.
Aun cuando los liberales juaristas y el grupo
encabezado por el Díaz tenían el
mismo objetivo, ayudar al desarrollo capitalista
de México, sus métodos para lograrlo
eran diferentes.
Mientras Juárez y Lerdo buscaban el crecimiento
del país sin una importante intervención
extranjera, respetando las formas federales de
gobierno, Díaz y sus seguidores cercanos
querían consolidar la paz social mediante
la represión al pueblo y la conciliación
con los conservadores- en particular, el clero
político católico-, impulsando el
desarrollo capitalista a base de abrir las puertas
al capital extranjero, y constituyendo un gobierno
fuerte y centralizado.
Los treinta y cuatro años de dictadura
porfirista se caracterizaron por un acelerado
desarrollo capitalista y por un crecimiento económico
sin precedentes en nuestra historia, acompañado
de grandes injusticias y contradicciones que contribuyeron
al estallido social de 1910.
En los hechos, Porfirio Díaz es el ejecutor
del proyecto capitalista liberales habían
delineado y comenzado a realizar.
Cabe aclarar que fueron las condiciones históricas
las que hicieron posible la dictadura porfirista.
Esas condiciones tuvieron como causa económica
la necesidad, por parte de la clase explotadora,
la burguesía mexicana, del desarrollo capitalista,
que fue acelerado por la "paz social"
de la dictadura porfirista.
CAPITULO DOS
EL JOVEN ANARQUISTA
Ricardo inició su actividad política
como líder estudiantil antiporfirista.
Participó en las manifestaciones callejeras
de la ciudad de México que tuvieron lugar
en mayo de 1892.
Gómez-Quiñones escribe que la protesta
de 60 estudiantes y otras personalidades, tenía
el objetivo de exigir elecciones libres y de pedir
a Díaz dejara la presidencia.
Samuel Kaplan, en su libro Combatimos la tiranía,
reproduce un fragmento del discurso de Ricardo
frente a la escuela de Minería:
En 1876 -gritó Ricardo- Díaz denunció
al presidente Lerdo de Tejada ¿Por qué?
Por querer reelegirse. ¿Pero qué
sucedió al año siguiente? El rebelde
Díaz se adueñó del control
del gobierno. ¿Y que pasó entonces,
compañeros? Díaz, cómodamente
perdió la memoria en cuanto a su santo
y seña de la no reelección. Desde
entonces, el tirano se ha hecho reelegir sin cesar,
menos en el período en que su protegido
González ocupó la presidencia...
¿Cómo se reelige? ¡Ya lo saben!
Por medio de sus jefes políticos contrata
las elecciones en todos y cada uno de los distritos
del país... amenazando a los obreros con
correrlos del trabajo si no votan por Díaz.
Aterrorizan a los campesinos. Los emborrachan
con pulque o mezcal y los llevan como ganado a
las urnas. Y, por si fuera poco, ¿quién
vende nuestro país a los industriales franceses,
ingleses y norteamericanos, de modo que, además
de ser esclavos de la iglesia, lo somos también
de los países extranjeros?
Hernández Padilla relata que un centenar
de personas, entre azoradas e incrédulas,
escuchaban a tan osado estudiante. De pronto,
apareció la caballada y, cargando contra
la multitud, trató de dispersarla. Los
sables alcanzaron a algunos fatalmente, otros
quedaron heridos, los demás corrían
y gritaban: "¡Muera Díaz! ¡Viva
la libertad!" Dos de los hermanos Flores
Magón, Jesús y Ricardo, fueron aprehendidos
y enviados durante un mes a la cárcel;
Enrique, el más joven, pudo escapar.
Una vez libre, Ricardo empezó a publicar
sus primeros escritos en el periódico opositor
El Demócrata. Gracias al mismo Kaplan,
podemos conocer un párrafo de un editorial
El Demócrata, escrito por Ricardo:
Cada hacendado se ha vuelto un barón feudal.
Tiene poder de vida y muerte sobre los míseros
peones; sus hijas y mujeres atractivas están
a disposición de el. Y no hay autoridad
que les diga nada. Cuando venden sus propiedades
las enumera y hace constar que consisten en tantas
miles de hectáreas, tanto bueyes, vacas,
peones y otros animales. ¡Así aparece
en las escrituras!¡Dios lo ayude a México!,
donde los seres humanos son tratados peor que
vacas o puercos. Donde el 80% de todos los trabajadores
de hacienda existen -¡no viven! - , en estado
de peonaje en manifiesta esclavitud. ¡Mexicanos,
examinen su Constitución! ¿Reconoce
acaso el derecho de un acreedor de apoderarse
y retener el cuerpo un deudor? ¡Por la gloriosa
memoria de Benito Juárez, no! Pero, ¿por
qué preocuparse un comino por la Constitución?
¿Por qué, ciertamente, cuando es
la cosa más fácil del mundo, amontonar
sobre ella el lodo del desprecio en tal forma
que ya no es visible en los llamados tribunales?
En todas partes las autoridades, con alaridos
de placer, juntan sus manos a las de los opresores
del pueblo. La razón hasta los ciegos pueden
verla. Los pretendidos protectores de los derechos
del pueblo son de la non sancta alianza. ¿Por
cuanto tiempo, oh Señor?
Aumentó el número de lectores de
El Demócrata y, por consecuencia, su tiraje.
Porfirio Díaz envió a Miguel Cabrera,
jefe de policía, al frente de un grupo
de secuaces a clausurar la oficina del mencionado
periódico y a detener a los Flores Magón.
En esta ocasión sólo apresaron al
mayor de los hermanos, a Jesús.
Durante seis años, los Flores Magón
ahorraron cuanto pudieron. Hasta el 7 de agosto
de 1900 pudieron publicar su propio periódico:
Regeneración.
Antes de analizar y comentar los artículos
de Ricardo, durante los primeros diez años
de Regeneración, es necesario retroceder
un poco para relatar el resurgimiento político
del clero católico mexicano, cobijado y
protegido por la dictadura porfirista.
En San Luis Potosí, cuenta Cockcroft, los
sacerdotes fueron vistos llevando puestas en público
sus elaboradas vestimentas sacerdotales de satín
y oro. Se permitió que funcionaran escuelas
católicas en varias partes del Estado.
Los liberales locales se irritaban cada vez más
por estos abiertos desafíos a la Constitución
de 1857 y a las Leyes de Reforma.
En el verano de 1900, los liberales acusaron formalmente
al obispo de San Luis Potosí, Ignacio Montes
de Oca y Obregón, de manipulaciones ilegales
de bienes raíces. Como podía esperarse,
la justicia local exoneró al obispo (doce
años más tarde la decisión
fue revocada). Estaba implícito en los
cargos de los liberales contra el obispo, un sentimiento
difundido de que la Iglesia había recobrado,
en San Luis Potosí, un grado reminiscente
del poder de la Iglesia anterior a las leyes de
Reforma.
Un monasterio abandonado en el Estado, que había
sido convertido en un colegio de monjas, enfureció
a los liberales, quienes declararon que el edificio
estaba siendo usado como escuela católica
para niñas. Pero la gota que derramó
el vaso fue un discurso, en París, el 6
junio de 1900, del obispo mencionado ante la Asamblea
General del Congreso Internacional de Agencias
Católicas. El 7 de agosto de 1900, el mismo
día que aparecía en la capital del
país el primer número de Regeneración,
El Estandarte publicó el discurso del Obispo.
Montes de Oca y Obregón, que trece años
antes había advertido a los católicos
que "las mejores épocas" eran
cosa del pasado, ahora aseguraba que gracias a
la benévola dirección del gobierno
de Díaz y con el apoyo de las mujeres mexicanos,
la Iglesia de México había alcanzado
"la prosperidad actual". Las Leyes de
Reforma, declaraba el obispo, son leños
apagados. El 30 de agosto, Camilo Arriaga publicó
su manifiesto "Invitación al Partido
Liberal", denunciando el resurgimiento de"
clericalismo bajo el porfiriato. No se imaginaba
que prendía la chispa del incendio, social
que haría caer al dictador.
Camilo Arriaga, potosino e ingeniero de minas,
fue, como Madero, un intelectual de clase alta
de una familia oligárquica norteña
aunque representó una tendencia mucho más
radical, entre los intelectuales inconformes de
México, que la ejemplificada por Madero.
Sujeto como estaba a los intereses de la burguesía
mexicana, ante de Ricardo y sus seguidores cercanos,
Arriaga se quedó en los límites
del reformismo burgués.
En 1888, el tirano Díaz hizo que el gobernador
de San Luis Potosí nombraba a Camilo Arriaga,
Diputado de la Legislatura del Estado. En 1890,
cuando su padre murió, Camilo, de 28 años
de edad, fue ascendido dictador a Diputado del
Congreso Nacional, puesto que retuvo 1898. A pesar
del imperante positivismo de la educación
oficial – nos dice Cockcroft, Camilo empezó
a leer las obras de Proudhon, Marx, Engels, Bakunin
y otros socialistas y anarquistas europeos. Más
tarde, antes de su declaración liberal
de rebelión, en 1900 Arriaga fue a Europa,
en donde adquirió su posteriormente famosa
biblioteca de libros y folletos radicales europeos.
En 1898, Arriaga se presentó ante el Congreso
para comunicar el engaño de la Iglesia
y de sus colaboradores político. Una minoría
de diputados lo apoyó. Todos ellos fueron
eliminados del Congreso por el tirano Díaz,
ese mismo año.
Usando el capital que la crisis de 1892-1895 le
había dejado, Camilo dedicó dinero
y esfuerzo para formar un movimiento de oposición
política contra Díaz.
Cuando Arriaga, en 1899, regresó a San
Luis Potosí, cultivó la amistad
de jóvenes políticos liberales disidentes,
como Juan Sarabia y Antonio Díaz Soto y
Gama. Pronto se agregaron Librado Rivera y los
Flores Magón. Esta nueva generación
de jóvenes idealistas se reunían
con Arriaga, frecuentemente en su propio domicilio
a leer y comentar algunas de las obras de los
autores revolucionarios más avanzados de
la época.
El 23 de febrero de 1901. Regeneración,
reconoció que Camilo Arriaga era "el
alma del actual movimiento político".
Camilo, un intelectual de la clase alta, fue un
precursor de la Revolución Mexicana al
difundir las obras de socialista y anarquista
a los descontentos de otras clases sociales.
Santiago R. de la Vega, escribió más
tarde: "Camilo ponía en nuestras manos
a Carlos Marx. Por camilo conocí al dulce
príncipe Kropotkin y toda la biblioteca
Stock, que se especializaba en publicar y distribuir
las obras de los líderes anarquistas europeos".
Antonio Díaz Soto y Gama, años después,
recordaría los libros que Camilo le daba
a leer: La conquista del pan, Memoria de un revolucionario,
La ética, El apoyo mutuo como factor de
progreso entre los animales y los hombros, de
Kropotkin; el ideal anarquista, de Elisée
Réclus y varios libros de Bakunin, Carlos
Malato, Proudhon y Marx.
CAPÍTULO TRES
EL PERIODISTA LIBERAL
Antecedentes del periodismo revolucionario en
México durante el siglo pasado fue El socialista,
publicación obrera que a lo largo de más
de quince años difundió, a través
de sus páginas, noticias, manuscritos,
artículos y documentos socialistas.
Sería este periódico el que publicara
El manifiesto comunista de Marx y Engels, con
un tiraje especial de diez mil ejemplares, el
12 de junio de 1884. Cuatro años después
dejaría de aparecer esta publicación
socialista.
Entre la prensa antiporfirista de esos años,
se encontraba El hijo del Ahuizote, El correo
del Lunes, El partido Liberal, El Conservador
y la Patria. Además existían los
periódicos liberales que mantenían
la crítica al régimen porfirista:
El Monitor Republicano y El Diario del Hogar.
La libertad de expresión y manifestación
de las ideas, así como la de escribir y
publicar escritos de cualquier naturaleza se conservó
sólo en apariencia.
Gastón García Cantú, en su
libro El socialismo en México, afirma que
4en 1888 el gobierno tenía treinta periódicos
subvencionados en la capital, que requerían
para su conocimiento unos cuarenta mil pesos al
mes; veintisiete periódicos en los Estados
y casi toda la prensa local. Según lo afirmó
El Hijo del Ahuizote, el 24 de junio de 1888,
el mantenimiento de esa prensa sumisa le costaba
al país tanto los 248 diputados, los 56
senadores y las 27 legislaturas locales juntas.
Poco más de un millón de pesos anuales.
Armando Barta, en el estudio introductoria a su
antología de artículos de Flores
Magón, nos dice que Regeneración
empezó a publicarse el 7 de agosto de 1900,
como periódico jurídico independiente,
encabezado con el lema"Contra la mala administración
de la justicia"; el tema dominante de sus
notas y artículos era la venalidad y corrupción
de todo el aparato jurídico porfirista.
La denuncia de la venalidad y corrupción
del poder judicial, era un medio para la denuncia
de la corrupción y venalidad del porfirismo
en su conjunto.
En los primeros números de Regeneración
no encontramos referencias frecuentes a las raíces
estructurales del despotismo, la denuncia de la
opresión política pocas veces iba
acompañada de la denuncia de la explotación
económica. Esta preocupación casi
exclusiva por la superestructura del porfirismo,
que encuadra a Regeneración en la tradición
liberal, cambiará radicalmente en etapas
posteriores del periódico.
La táctica de Regeneración durante
esos primeros números, con base en la experiencia
de El Demócrata, estaba orientada a adquirir
una mínima base social antes de lanzarse
abiertamente contra Porfirio Díaz.
Años más tarde, Enrique Flores Magón,
quien comenzó a dirigir el periódico,
reconoció:
Durante los primeros cuatro meses estuvimos silenciosos
como una tumba respecto a Díaz y sus crímenes.
Todo este tiempo confiamos nuestros ataques a
lo judicial. Para diciembre del mismo año
habíamos ganado la atención del
país. Fue entonces cuando comenzamos a
considerar nuestro objetivo final; la idea de
volver nuestras armas contra en dictador.
En efecto, en 1901 Regeneración cambió
de lema y carácter. A partir del número
20, publicado el 31 de diciembre de 1900, el periódico
apareció con el subtítulo de "Periódico
independiente de combate", orientado ya abiertamente
a la lucha contra la dictadura en general.
Este segundo periodo de Regeneración se
enfocó al combate contra la autocracia
porfirista, denunciando a la vez los fundamentos
de la dictadura en la explotación económica
y la entrega del extranjero.
La constitución del partido Liberal en
1901, en la que jugó destacado papel Ricardo
Flores Magón, junto con Camilo Arriaga,
Antonio Díaz Soto y Gama y Juan Sarabia,
le ofreció a Regeneración la posibilidad
de dar su política una base social organizada.
Desde el periódico se anunció ampliamente
la realización del acto, se difundieron
sus resoluciones y manifiestos y se hacía
propaganda a la constitución posterior
de clubes liberales en todo el país.
Armando Bartra, en su antología titulada
Regeneración 1910-1918, la corriente más
radical de la revolución mexicana de 1910
a través de su periódico de combate,
nos dice que, si bien el marco de la denuncia
agonista se amplió considerablemente, al
abarcar tantos aspectos superestructurales como
los estructurales del porfiriato, la disyuntiva
política que difundirá Regeneración,
al hacerse portavoz del Partido Liberal, se redujo
en todo este período a proponer un cambio
político: la sustitución de la administración
porfirista por una administración democrática;
en esencia, un cambio de prensa y de métodos
en el aparato del Estado. Aunque había
diferencias en el seno del Partido Liberal –
por un lado, las oposiciones puramente peticionarias
y propagandísticas sostenidas por Camilo
Arriaga, y por otro, la virulencia de Ricardo
-, la esencia de la política expresada
en el órgano de dicho partido era la misma:
el establecimiento de la democracia a través
de un cambio en la presidencia de la República,
previsiblemente por la vía electoral.
La represión y la cárcel acabaron
con este segundo período de Regeneración
y originaron un viraje radical definitivo en la
política del periódico y del Partido
Liberal.
En mayo de 1901, Ricardo y su hermano Jesús
fueron detenidos y, en octubre del mismo año,
el periódico se suspendió ante la
amenaza de que, de aparecer un número más,
los hermanos serían asesinados en la cárcel.
El 9 de junio de 1903 los tribunales pronunciaron
un fallo por el cual se prohibía la circulación
de cualquier periódico escrito por Ricardo
Flores Magón.
En esas condiciones, en enero de 1904, el núcleo
fundamental del Partido Liberal (Ricardo y sus
más cercanos seguidores), se trasladó
a los Estados Unidos de Norteamérica.
Antes de continuar con la siguiente etapa de Regeneración,
necesitamos regresar un poco, hasta el 5 febrero
de 1901, cuando en San Luis Potosí se realizó
el Primer Congreso Liberal, convocado por Camilo
Arriaga y su grupo de jóvenes liberales,
estudiosos de los libros anarquistas que el mismo
Camilo les proporcionaba.
Hernández Padilla relata que el día
de la inauguración, oradores subían
y bajaban del estrado del Teatro de la paz. Los
discursos no iban más allá de la
arenga jacobina. Tocó el turno a Ricardo;
decidido a romper con aquel metiotono comecuras,
habló un detalle: Una revista minuciosa
de atentados porfiristas, ráfagas de "ley
fuga", relámpagos de cólera.
Perro de presa en el ataque, no sólo el
cuello a Don Porfirio durante su peroración,
a la que puso remate, como resumen y consecuencia:
"Porque la administración de Porfirio
Díaz, es una madriguera de bandidos".
En la parte esencial de su discurso, Ricardo había
dicho:
…los puestos públicos producen en
México más que cualquier industria.
Ningún negocio, ni aun el más audaz,
deja tantas utilidades como un puesto cualquiera
de la administración mexicana. Los funcionarios
entran pobres a desempeñar sus funciones
de padres del pueblo y a los pocos meses ya son
ricos, y a la vuelta de unos cuatro años
millonarios… Desde el Presidente de la República
hasta el más humilde polizonte, todos hacen
negocios. Por eso no es raro que la deuda pública
de México para hacerse ricos…, de
mil maneras explotan los funcionarios su posición
ventajosa y se hacen ricos, metiendo las manos
en los fondos públicos, haciéndose
pagar favores, despojando brutalmente a los gobernadores.
Luego continuó Ricardo.
Hablaremos como hombres. Yo les pregunto: ¿Cómo
vamos a convencer al pueblo de que el Partido
Liberal es un partido que se propone reparar las
injusticias que se hacen contra él? Sólo
hay una contestación posible: señalando
directamente, así, con el dedo condenador,
al que maneja la administración nacional,
esa máquina monstruosa que aplasta bajo
sus ruedas sus esperanzas, sus aspiraciones y
sus cuerpos.
Tras una breve pausa prosiguió.
El Presidente Porfirio Díaz es la araña
que teje la tela del engaño y la injusticia
que las arañas menores imitan. Y suben
ustedes quiénes son: los Gobernadores de
los Estados, los generales, los jefes políticos.
El orador también habló de los sueldos
de miseria, de las condiciones infrahumanas que
padecían los obreros en las fábricas,
de los peones en las haciendas y del "trbajo
de contrato", que no era otra cosa que la
esclavitud imperante en las plantaciones de tabaco
de Valle Nacional. ¿Por dónde comenzar
a desentrañar aquella enorme maraña
de corrupción? Ricardo propuso: "¡Expulsemos
a Porfirio Díaz!, y, mientras tanto, reemplacémoslo
con el Presidente de la Suprema Corte, tal y como
lo decreta la Constitución". Más
tarde, el pueblo tendría al fin la oportunidad
de votar libremente por los candidatos que ofrecieran
los partidos políticos, incluido naturalmente
el Partido Liberal.
Una vez más, Ricardo y Jesús fueron
huéspedes de las "bartolinas"
de la cárcel de Belén.
CAPÍTULO CUATRO
VÍCTIMA DE LA DICTADURA.
A pesar del discurso antiporfirista de Ricardo,
las resoluciones del Primer Congreso Liberal no
fueron más allá del anticlericalismo
militante.
En marzo de 1901, el Club Liberal "¨Ponciano
Arriaga" de San Luis Potosí, como
centro directo de todos los clubes de su línea,
publicó un "Manifiesto a la Nación"
firmado por Camilo Arriaga y Díaz Soto
y Gama. Este manifiesto dio un paso más
que el Congreso para encuadrar el conflicto dentro
de la contienda política. Atacó
a la "dictadura dominante", a la "prensa
oficial" y al "personalista, antidemocrático
y mal llamado partido científico".
El manifiesto pedía la formación
de un "partido verdaderamente nacional".
Como ya habían sido excomulgados por el
obispo de San Luis Potosí, los liberales,
deseando hacer algo más provechoso que
atacar al clérigo, presentaron un reto
directo al régimen de Porfirio Díaz.
Ricardo y Jesús, en apoyo a los firmantes
del manifiesto, se reunieron en la capital del
país en abril de 1901 para formar la Asociación
Liberal Reformista.
En mayo, el dictador Díaz pensó
que si arrestaba a Ricardo y Jesús, acabaría
con el movimiento de oposición. Los clubes
liberales ya habían sido clausurados en
toda la nación.
Sin embargo, el 18 de julio de ese mismo año,
en Pinos, Zacatecas, Díaz Soto y Gama radicalizó
aún más el movimiento liberal con
un discurso público que, rezumante de nacionalismo,
criticaba severamente a Porfirio Díaz.
Cockcroft nos dice que, sin revelar sus tendencias
anarquistas, el joven abogado potosino buscaba
extender a las clases medias y bajas el llamado
del naciente movimiento de oposición. El
tema principal del orador era que México
estaba regido por una camarilla dictatorial de
criterio estrecho y antipatriótico, que
favorecía los intereses de los extranjeros,
especialmente a la Iglesia católica, cuyos
fanáticos estaban conspirando para apoderarse
de toda la nación y destruir hasta el último
reducto de las anteriores formas revolucionarias
(por ejemplo, la Constitución de 1857).
El ultimo proyectil de su artillería, Soto
y Gama lo dirigió al dictador Porfirio
Díaz, "caudilla que traiciona a la
democracia, que no tiene un átomo de demócrata,
ni la más leve tintura de estadística,
ni conoce el respeto a la ley, ni tiene a la Magna
Constitución del 57 en más aprecio
que el acicate que daba hoy en los ijares de su
caballo y que hundirá mañana en
las entrañas del pueblo".
Cuando los Flores Magón, que estaban en
prisión, recibieron noticias del inflamatorio
discurso de Díaz Soto y Gama, pidieron
a sus amigos que lo publicaran. El 31 de agosto
de 1901 Regeneración público el
texto completo del discurso. Un mes más
tarde el gobierno suprimió el periódico.
El 4 de noviembre El Porvenir y El Renacimiento,
de Juan Sarabia, publicaron un manifiesto del
club Liberal "Ponciano Arriaga", firmado
por Camilo Arriaga y José María
Facha, en el que se trató por vez primera
el problema agrario y la necesidad de reforma
social.
El manifiesto también denunciaba que el
régimen de Díaz había obligado
a los indios yaquis de Sonora a ir a cosechar
tabaco a Valle Nacional, Oaxaca. Intensificaba
el ataque contra los extranjeros, las clases privilegiadas
y el "despotismo" de Díaz.
Arriaga fue sentenciado a once meses de prisión
y mil pesos de multa, y Facha a nueve meses y
quinientos pesos de multa.No solo los grupos liberales
fueron reprimidos, sino también toda la
prensa de oposición al tirano.En 1901 y
1902 ,cerca de 42 periódicos antiporfiristas
fueron clausurados.mas de 50 periodistas fueron
encarcelados en toda la nación y dos mas
fueron asesinados por los esbirros del tirano
Díaz.
La represión militar porfirista no se limita
a impedir violentamente el segundo congreso liberal
de 1902, sino que encarceló a todo el núcleo
dirigente liberal.
Ricardo, una vez libre, el 20 de abril de 1902,rento
un semanario de oposición de la ciudad
de México, el hijo del Ahuizote primer
numero dirigido por Ricardo, el 16 de julio de
ese año, contenía una serie de artículos
contra el presidente Díaz y en contra del
general Bernardo reyes.
La respuesta del gobierno fue la confiscación
de las personas y del equipo de oficina del periódico,
del encarcelamiento del personal, por orden de
un juez militar, el 12 de septiembre de 1902.seria
hasta el 23 de enero de 1903 cuando los liberanse.El
27 de febrero de 1903,el club liberal "Ponciano
Arriaga"publico un manifiesto declarado,
en términos violentos,el nuevo movimiento
contra la injusticia social y economica,y la necesidad
de una reforma radical.El documento atacaba al
"Capitalista, al fraile y al alto funcionario,
ya sea civil o militar",condenada a la monopolización
de la tierra, especialmente por los yanquis y
la iglesia ,al igual que las deplorables condiciones
del campesino,y lamentaba la muerte de la constitución,
de la libertad y del sufragio.
El 11 de abril de 1903, Ricardo Enríquez
y otros editaron un manifiesto en que culpaban
al gobierno de Díaz de haber producido
la "supremacía del capital y ha hecho
palpable la decadencia del trabajo, el descontento
general y un verdadero malestar en las clases
de la sociedad". Finalmente, el manifiesto
hacía notar que de seguir Díaz gobernando,
la única opción para México
sería una guerra civil. El resultado de
esa publicación fue la invasión
de la policía a las oficinas de El Hijo
del Ahuizote, la confiscación de todo el
equipo y el encarcelamiento de Ricardo, Enrique
y todos los que trabajaban en la publicación.
Hasta octubre de 1903 liberaron a los Flores Magón.
Durante ese año de 1903, la tiranía
encarceló y empujó al exilio a todos
los peridistas de la oposición liberal.
Fueron amenazados con la muerte, si continuaban
publicando. Un decreto del 9 de junio prohibía
la publicación de cualquier escrito de
los Flores Magón y sus seguidores.
A fines de 1903, Camilo Arriaga, Díaz Soto
y Gama, Ricardo Flores Magón y Juan Sarabia
continuaban unidos en lo esencial. Habían
acordado y contribuido a la radicalización
del movimiento más allá de su anticlericalismo
inicial. Ahora todos aspiraban a propagar a Díaz
e introducir reformas sociales y económicas
profundas.
Curiosamente – dice Cockcroft -, ninguno
de los cuatro se dio cuenta de que tal movimiento
revolucionario ya se había iniciado y se
había ido desarrollado por su propio impulso,
con ellos mismos al mando, desde agosto de 1900.
CAPÍTULO CINCO
EXILIO Y DIVISIÓN.
Obligados a huir de la persecución policíaca
porfirista, escribe Hernández Padilla,
los periodistas liberales se refugiaron en San
Antonio, Texas, y San Luis, Missouri.
Sara Estela Ramírez le escribió
a Ricardo para informarle que se separaba del
grupo y, asociada a Camilo Arriaga, seguiría
la lucha. Díaz Soto y Gama regresó
a México. Crescencio Villarreal, inquieto
ante la posibilidad de ruptura, pidió a
los Flores Magón y a Sarabia que "sean
indulgentes" con Arriaga y Madero, quien,
a través de Arriaga, había empezado
a brindar ayuda económica.
Cockroft relata que durante el exilio de 1904
– 1906 los liberales se comenzaron a dividir
por motivos personales, ideológicos y sociales.
Las diferencias básicas de extracción
social y de convicción política
empezaron a separar a los precursores, en el mismo
momento en que estaban organizando el Partido
Liberal Mexicano, formulado su programa y preparándose
para las revueltas de 1906 – 1908.
Al poco tiempo de la llegada de los liberales
mexicanos a Estados Unidos, las diferencias entre
Arriaga y Flores Magón, que se encontraba
en San Luis, Missouri, se agravaron y el grupo
de exiliados se dividió. Unos, los moderados,
regresaron en compañía de Arriaga
a San Antonio, Texas. Allí editaron y publicaron
el seminario Humanidad.
El ala radical, compuesta en su mayoría
por socialistas y anarquistas, permaneció
con Ricardo, quien acusaba a Arriaga de Tránsfuga,
y fue a su vez tachado por éste de "ambicioso".
En el pleito terció Madero, quien, refiriéndose
a los Flores Magón como "los bastardos
de San Luis", decía que "sin
distinción de ninguna especie insultaban
a todo el mundo" y en especial a "liberales
tan inmaculados como el ingeniero Camilo Arriaga".
Desde esos días se enfrentaban dos proyectos,
dos ideas diferentes, arraigados en opuestos intereses
de clases. Desde el principio Arriaga limitó
su participación a la lucha legal y jamás
fue más allá de su propuesta de
reformas políticas. Madero, sin la cultura
de Arriaga, pero dueño de un profundo sentido
de clase acomodada, retiró la ayuda a los
Flores Magón en cuento se dio el rompimiento
con Arriaga.
Gracias a su posición reformista y a la
separación política de Ricardo,
a principios de 1905 Arriaga tuvo éxito
en obtener de Madero un préstamo de dos
mil dólares para publicar Regeneración,
en una línea diferente y contraria a la
que se tenía cuando Ricardo lo dirigía.
Por su parte, Ricardo, Rivera, Juan Sarabia y
Antonio I. Villareal entablaron frecuentes conversaciones
con Emma Goldman, de Chicago, y con el español
Florencio Bezora, quienes era amigos de Enrique
Malatesta, líder anarquista. El 28 de septiembre
de 1905 nació en San Luis, Missouri; la
junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano.
Se publicaron y distribuyeron copias de las bases
para la unificación del Partido Liberal
Mexicano, firmadas por Ricardo y Enrique Flores
Magón, Juan y Manuel Sarabia, Antonio I.
Villarreal, Librado Rivera, y Rosalío Bustamante.
En ellas se invitaba a trabajar por "la organización
del Partido Liberal Mexicano, llamando a los ciudadanos
a unirse para crear un partido fuerte que sea
capaz de hacer respetar los principios liberales".
También planteaban que Regeneración
fuera el periódico oficial del Partido
Liberal Mexicano; una campaña de adhesión,
con garantía de guardar en secreto todos
los nombres involucrados, y respaldo financiero
a los periódicos de oposición y
a los liberales empobrecidos o perseguidos dentro
de México. En privado, este mismo grupo
decidió ponerse de acuerdo con los hombres
de corazón bien puesto, para hacer la revolución.
El 5 de diciembre de 1905, Ricardo le escribía
a Crescencio y Francisco Villarreal Márquez:
… en público no excitamos al pueblo
a las armas, porque vemos que sería peligroso
hacerlo, no para nosotros, sino para nuestros
correligionarios, porque al saber el gobierno
que encubiertamente hacemos trabajos revolucionarios,
sería interceptada la correspondencia que
viene para nosotros y nuestros amigos serían
asesinados en México…, revolución…,
el éxito estará en razón
directa del mayor número de centros de
rebelión que se logren formar.
Un poco antes, el 8 de octubre, le había
escrito a los hermanos Villarreal Márquez
que "no había que escatimar esfuerzo
alguno para organizar un movimiento liberal que
no sea destruido por la tiranía. El único
remedio a los males del pueblo, está en
la revolución; pero una revolución
no se improvisa. Es obra de paciencia y continua
propaganda revolucionaria, la revolución
del porvenir tiene que ser no solamente política,
sino social, porque de lo contrario recaeremos
en otra tiranía, tal vez más espantosa
que la que ahora nos agobia".
Los gobiernos de Estados Unidos y México,
escribe Hernández Padilla, en estrecha
colaboración, por medio de sus consulados
y agentes policíacos, iniciaron una implacable
persecución contra los dirigentes de la
Junta del Partido Liberal Mexicano. Muy pronto,
la ley de 1903, "destinada a deportar a los
anarquistas extranjeros", comenzó
a ser aplicada contra los magonistas que radicaban
en Estados Unidos.
El 12 de octubre de 1905, los detectives de la
Agencia Pinkerton, sin orden judicial ni delegación
legal del poder, invadieron las oficinas de Regeneración
en San Luis, Missouri, confiscaron prensas, archivos
y equipo y detuvieron a Juan Sarabia y los Flores
Magón. Los tres fueron acusados de "liberales
y difamación" por Manuel Esperón
y de la Flor, cacique oaxaqueño a quien
Regeneración había atacado, quien
fue enviado a San Luis por Porfirio Díaz
para levantar esos cargos, inventados, por supuesto.
Los tres dirigentes del Partido Liberal Mexicano
estuvieron en la cárcel hasta mediados
de diciembre de 1905.
Una vez libres, en compañía de los
demás miembros de la Junta del Partido
Liberal Mexicano, los Flores Magón se abocaron
inmediatamente a preparar en todo el país
centros de rebelión para que la conflagración
fuera general y no sólo en un punto de
la República.
Durante los siguiente años, el apoyo de
los anarquistas norteamericanos al Partido Liberal
Mexicano fue cada vez mayor. Los anarquistas de
Estados Unidos y el Partido, dirigido por los
magonistas, eran aliados naturales.
Agitadores mineros norteamericanos, de la corriente
anarquista, ayudaron a los organizadores obreros
del Partido Liberal Mexicano, en el sur de Arizona
y en el norte de Sonora, a fomentar la militancia
entre los mineros mexicanos. Los resultados de
este trabajo conjunto se manifestaría durante
la huelga de Cananea y la revuelta de 1906, cuando
los magonistas se levantaron en armas, por primera
vez, contra la dictadura porfirista.
Fue con la ayuda de un militante agonista del
Partido Liberal Mexicano, Lázaro Gutiérrez
de Lara, como John Kenneth Turner, periodista
y anarquista norteamericano, hizo viajes a México
para recopilar material para su libro México
Bárbaro.
Cockcroft afirma que de finales de 1905 en adelante,
se desarrolló un sistema de persecución
contra el Partido Liberal Mexicano; cooperaban
en esta empresa la Agencia Pinkerton, la embajada
de México en Washington, los consulados
mexicanos a lo largo de Estados Unidos, la Secretaría
de Relaciones Exteriores mexicana, la embajada
de estados Unidos en México, los departamentos
de Estado, Guerra, Tesoro, Comercio, Trabajo,
Justicia e Inmigración de los Estados Unidos,
los presidentes de ambas naciones, etc. El gobierno
mexicano pagaba los servicios de detectives privados
en Estados Unidos. Una considerable correspondencia
entre las instituciones gubernamentales y privadas
muestra la profusa colaboración que existía
en la vigilancia ejercida sobre los magonistas
exiliados en Norteamérica.
En febrero de 1906, según Cockcroft, la
redacción del programa del Partido Liberal
Mexicano se estaba ya realizando. En ella colaboraron
varios autores y muchos mexicanos fueron consultados
por correo o verbalmente. Líderes sindicales
de Cananea desempeñaron un papael importante
en la sección laboral del programa.
Juan Sarabia "revisó" el programa
completo y, con la asistencia de Arriaga y otros,
pudo moderar las inclinaciones anarquistas de
los Flores Magón y Librado Rivera.
La sección más larga del programa
del Partido Liberal Mexicano era la "Exposición",
que pretendía hacer un llamado a todos
los mexicanos, especialmente a los obreros y campesinos,
pero también a hombres de negocios, industriales
y hacendados. Se hacían llamados a cuadros
bajos del ejército, a la tropa en general
y a los anticlericales. Madero, en 1910, se dirigía
a la élite militar.
También se dedicaba un apasionado y extenso
párrafo a proponer salarios más
altos para todos los mal pagados maestros de primaria,
muchos de los cuales desempeñaban un papel
importante en la Revolución. En la sección
"Capital y Trabajo" se incluía
demandas avanzadas para la época.
Un llamado a obreros y campesinos planteaba la
tesis marxista de que el trabajador es el productor
de todas las riquezas, mientras que el soberano
capitalista goza del producto del trabajo.
Por ultimo, son dignos de reproducir aquí
los párrafos del apasionado manifiesto
con el que concluye el programa, que seguramente
fue escrito por Ricardo:
TODO CAMBIARÁ EN EL FUTURO
Los puestos públicos no serán para
los aduladores y los intrigantes. No estará
allí la dictadura para aconsejar a los
capitalistas que roben al trabajador y para proteger
con sus fuerzas a los extranjeros que contestan
con una lluvia de balas a las pacíficas
peticiones de los obreros mexicanos.
MEXICANOS
Entre lo que os ofrece el despotismo y lo que
os brinda el programa del Partido Liberal, ¡escoged!
Si queréis el grillete, la miseria, la
humillación ante e extranjero, la vida
gris del paria envilecido, sostened la dictadura
que todo eso os proporciona. Si preferís
la libertad, el mejoramiento económico,
la dignificación de la ciudadanía,
la vida activa del hombre dueño de sí
mismo, venid al Partido Liberal.
REFORMA, LIBERTAD Y JUSTICIA.
CAPITULO SEIS
EL REVOLUCIONARIO
El 30 de septiembre de 1905 se construyó
en San Luis, Missouri, la Junta Organizadora del
Partido Liberal Mexicano. Una de sus resoluciones
fue que "los ciudadanos mexicanos que estén
de acuerdo con las ideas de este manifestó
y anhelan la libertad de la Patria, construirán
en las poblaciones en que residan, agrupaciones
secretas que estarán en comunicación
con la Junta".
A lo largo y ancho de México se organizaron
grupos, simpatizantes y militares del Partido
Liberal Mexicano, dirigidos por los magonistas
desde los Estados Unidos. A través de una
copiosa correspondencia, de la publicación
y distribución del órgano informativo
y de una colaboración económica,
se construyó una res informativa que tuvo
cinco frutos de gran trascendencia para la Revolución
Mexicana, que estallaría en todo el país
en 1910. nos referimos a los armados de 1906 y
1908 y, sobre todo, a la redacción y difusión
en todo México del programa del Partido
Liberal Mexicano, así como la publicación
de Regeneración.
Cockcroft escribe que , de 1906 a 1908, una serie
de huelgas masivas tuvieron lugar en Cananea,
Sonora, Río Blanco, Veracruz, San Luis
Potosí y en varios centros mineros e industriales
del norte de México. La principal fuerza
política detrás de estas huelgas
era el partido Liberal Mexicano.
Las semillas de rebeldía diseminadas por
Regeneración desde 1900, pronto comenzaron
a germinar en los cerebros proletarios.
Las huelgas laborales no sólo reflejaron
un sentimiento nacional, antiextranjero y antipatronal
en los obreros, sino también sirvieron
para advertir a los consejeros del dictador Díaz
del desarrollo de la revuelta desde abajo, desde
la clase explotada. Además, las huelgas
proporcionaron la fuerza social y el estímulo
político para la revuelta del Partido Liberal
Mexicano, en 1906-1908.
Que estas huelgas fueron consideradas como una
seria amenaza al sistema económico y político
del porfiriato, lo indica la rapidez con que las
tropas federales de México y los "voluntarios"
yanquis se apresuraron a reprimirlas.
Salvador Hernández Padilla, en su libro
que citamos líneas atrás, relata,
en forma amplia y documentada, la represión
militar que utilizó el porfiriato para
aplastar sangrientamente, las dos gloriosas epopeyas
huelguísticas de Cananea y Río Blanco.
Un mes antes de que se publicara el programa del
Partido Liberal Mexicano, es decir, el 1 de junio
de 1906, estalló el primer gran disturbio
en Cananea, cuando miles de obreros hicieron un
paro en la compañía, cuyos propietarios
eran estadounidenses.
El disturbio estalló por el aumento de
salarios garantizados a los estadounidenses, pero
no a los mexicanos. Los obreros mexicanos, que
eran mayoría, abandonaron el trabajo para
demandar jornadas de ocho horas, salario mínimo
y la introducción del sistema de méritos
que desplazara la práctica discriminatoria
de contratación.
Un incidente a tiros en el patio de la compañía,
en el cual perecieron tres mexicanos y dos estadounidenses,
provocó dos días de motines. Durante
estas primeras cuarenta y ocho horas, los rurales
mexicanos, los gendarmes y soldados irrumpieron
desde sus guarniciones de la frontera norte y
Cananea. Respondiendo al urgente llamado del gerente
de la compañía, Mr. Greene, aproximadamente
275 yanquis voluntarios armados llegaron desde
Naco, Arizona. La participación de fuerzas
militares yanquis, unidas al ejercito mexicano,
para ejecutar el genocidio de los proletarios
sonorenses, era parte del plan de cooperación
que ambas burguesías, la mexicana y la
yanqui, había estado realizando desde 1904,
cuando los magonistas llegaron a Estados Unidos.
La violación de la correspondencia, la
vigilancia policíaca y el encarcelamiento
de los revolucionarios, eran otros componentes
de ese plan conjunto para tratar de aplastar el
movimiento liberal contra la tiranía de
Díaz.
Cockcroft dice que el embajador de Estados Unidos
en México Mr. Thompson, después
de hablar con el tirano, le escribió al
Secretario de Estado del gobierno yanqui, Mr.
Root, diciéndole que el Presidente Porfirio
Díaz, quien consideraba los disturbios
de Cananea como parte de una revolución
del Partido Liberal Mexicano, "recibiría
con gusto la ayuda de los soldados federales norteamericanos".
Todavía el 6 de junio, se escuchaban disparos
intermitentes en Cananea. Cerca de dos mil soldados
mexicanos reprimieron la huelga, y dejaron un
saldo de casi cien obreros mexicanos muertos e
innumerables heridos. También hubo seis
estadounidenses muertos.
El gobernador militar de Sonora, esa misma fecha,
amenazó con la leva militar a dos mil mineros
huelguistas: enviarlos a pelear contra los indios
yanquis, rebeldes en el sur de Sonora, si no regresaban
al trabajo. Pocos días después,
la huelga terminó.
Cockcroft afirma que no hay duda alguna de que
la agitación del PLM desempeñó
un papel importante, durante varios meses anteriores
al disturbio. La Unión Liberal Humanidad
de Cananea, fundada por los dirigentes huelguistas
Baca Calderón, Manuel M. Diéguez,
Francisco M. Ibarra, para apoyar al PLM, distribuyó
propaganda de ese partido y contribuyó
a la concientización social y política
de los obreros mineros.
Regeneración , del PLM, fue el primer periódico
que dio la noticia de la intervención norteamericano
con el añadido de:
¡INVASIÓN DEL TERRITORIO NACIONAL!
¡TRAICIÓN!
¡El dictador ha perdido que los pies de
las legiones extranjeras pisoteen nuestro suelo
y rompan nuestras humanidad!
El embajador Thompson envió al departamento
de Estado una serie de mensajes que urgían
a la rápida represión del PLM y
de Regeneración en los Estados Unidos.
Regeneración, añadía el embajador,
está haciendo propaganda a favor del "anarquismo",
de la revolución. En respuesta, tropas
de caballería de los Estados Unidos fueron
enviadas a la frontera de Sonora con Arizona y
se mantuvieron allí hasta después
de la revuelta de 1906.
Una vez reprimida militarmente la huelga de Cananea,
los magonistas decidieron levantarse en armas
contra la tiranía porfirista.
Tanto en términos ideológicos como
de preparación militar, el PLM aportó
contribuciones claves en el desarrollo de la revolución
de 1910-17.
Aunque no tuvieron éxito en el derrocamiento
de la dictadura porfiriana, las revueltas del
PLM de 1906 y 1908 ayudaron a socavar su régimen.
Los militares armados del PLM obtuvieron valiosas
experiencias en el campo de batalla, que habían
de ser útiles en la lucha contra la dictadura
que estalló a fines de 1910.
Las revueltas de 1906 y 1908 buscaron cumplir
el programa del PLM, con especial hincapié
en el Código Laboral y en la restitución
de las propiedades comunales de los campesinos
desposeídos.
Una condición especial de los insurrectos
fue que no depondrían sus armas "hasta
el triunfo de la revolución". Esta
condición también la enarbolarían,
más adelante, los zapatistas ante Madero,
a quien consideraban traidor a la Revolución.
La revuelta de 1906 fracasó porque el gobierno
de Díaz tuvo noticias de los planes de
PLM antes de que entrara en acción. El
gobierno utilizó un eficiente sistema de
espionaje, que incluía los servicios de
la detectives de la Agencia Pinkerton, incursiones
en el cuartel general del PLM y la intercepción
constante del correo del partido, hecha por el
cónsul de San Luis, Diebolds, con la colaboración
de las autoridades de los servicios postales de
los Estados Unidos.
El primer levantamiento fue planeado para el 16
de septiembre de 1906, pero fue pospuesto cuando
los dirigentes del PLM se enteraron de que el
gobierno de Díaz estaba enterado de la
fecha.
Lo que retrasó también la revuelta
fue el arresto de Librado Rivera y la destrucción
de Regeneración en San Luis, el 15m de
septiembre, por las fuerzas combinadas del Departamento
de Justicia de los Estados Unidos, los funcionarios
de inmigración y los detectives de Pinkerton.
Arizona, Texas y Veracruz fueron los principales
centros de dirección para este primer levantamiento.
A nombre del PLM, Ricardo escribió instrucciones
de rebeldía para armar a los trabajadores
de Cananea, confiscar las armas de Greene, apoderarse
de las aduanas en Agua Prieta y Nogales, conferenciar
con los líderes yanquis y atraer a los
soldados.
El 4 de septiembre de 1906, guardas de Arizona
invadieron los hogares de los miembros del PLM
en Douglas, Mowry y Patagonia. Los guardias confiscaron
el periódico El Demócrata del PLM,
descubrieron los escondites de armas y arrestaron
a 15 rebeldes.
El 2 de septiembre, Ricardo y Juan Sarabia llegaron
a El Paso, Texas, donde coordinaron los planes
para el levantamiento con Antonio I. Villarreal,
César E. Canales, Prisciliano G. Silva,
el profesor Lauro Aguirre y otros miembros del
PLM que operaban a lo largo de la frontera.
El 26 de septiembre, Juan José Arredondo
y León Ibarra, con otros 30 rebeldes, tomaron
la plaza principal de Jiménez, Coahuila,
cortaron las principales líneas de teléfono
y se apoderaron del tesoro del pueblo. Sin embargo,
las tropas federales irrumpieron en la escena
y dispersaron a los rebeldes, en el que fue primer
derramamiento de sangre del levantamiento armado.
Cockcroft cuenta que el segundo ataque ocurrió
en Acayucan, Veracruz, del 30 de septiembre al
3 de octubre de 1906. más de mil hombres
se levantaron en armas. El comandante del PLM,
Hilario C. Salas, dirigió la primera carga
sobre Acayucan, con aproximadamente 300 indios
a su mando. Salas fue herido en la pierna y se
vio obligado a retirarse con sus tropas. Cerca
de esa población se produjeron ataques
similares 3⁄4 al grito de "¡Muera
Porfirio Díaz!" y "¡Viva
el Partido liberal!" 3⁄4 de los miembros
del PLM y de indios campesinos contra Chinameca,
Minatitlán e Ixhuatlán, pero fueron
rechazados por las tropas federales. Los rebeldes
que no fueron capturados ni muertos en batalla,
ni enviados a San Juan de Ulúa o ejecutados,
huyeron a la sierra de Soteapan para reagruparse.
Un tercer levantamiento de PLM ocurrió
cerca de Camargo, Tamaulipas, a mediados de octubre,
cuando Jesús M. Rengle y otros militantes
del PLM lucharon contra las tropas del ejército
de Reserva y contra los Rurales. Los rebeldes
fueron rechazados y fueron a extenderse a todo
lo largo de la frontera de Texas y Tamaulipas.
El objetivo más importante del PLM era
Ciudad Juárez, Chihuahua. Cuatro años
y medio más tarde, la posesión de
esta ciudad por los maderistas precipitó
la salida de Porfirio Díaz de México.
El intento fracasó debido a que agentes
secretos informaran el gobernador y la traición
de un ex miembro del Club Liberal "Ponciano
Arriaga", quien logró que arrestaran
a tres de los dirigentes: Sarabia, Canales y Vicente
de la Torre.
Al mismo tiempo, al otro lado de la frontera,
en el Paso, las autoridades de inmigración
de los Estados Unidos y los detectives de la Pinkerton
arrestaron a Antonio L. Villarreal, Lauro Aguirre,
José Cano y a un buen número de
rebeldes.
Solamente Ricardo y Modesto Díaz lograron
escapar de El Paso. Las autoridades de los estados
Unidos asaltaron el cuartel general del PLM y
se apoderaron de muchos documentos comprometedores.
De este modo, los nombres de los colaboradores
del PLM y de los suscriptores de Regeneración
de todos los Estados de México, fueron
descubiertos y transmitidos a todos los funcionarios
y policías del gobierno mexicano y del
estadounidense.
Los grupos armados del PLM en todo Chihuahua fueron
rápidamente derrotados o dispersados. Una
copiosa correspondencia entre el gobernador Creel
y el presidente Díaz daba noticias de continuos
arrestos en todo México.
El segundo fruto de la cosecha revolucionaria,
después de la represión militar
mexicana- yanqui de la huelga de Cananea, fue
la huelga nacional textil cuyo centro se encontraba
en Río Blanco, Veracruz. Regeneración
y el programa del PLM fueron sembrados en todo
México, pero los dos frutos más
valiosos para la revolución brotaron en
Cananea y Río Blanco.
Cockcroft nos dice que Manuel Ávila mostró
el programa del PLM a los obreros textiles de
Veracruz. El agitador liberal José Neira,
de Río Blanco, amigo de Camilo Arriaga,
mantuvo contacto con el PLM. Neira ayudó
a fundar el semanario de los trabajadores textiles
de Río Blanco, La Revolución Social.
Cuando los patrones redujeron salarios en noviembre
de 1906, los obreros textiles fueron a la huelga
(4 de diciembre de 1906). Este movimiento fue
apoyado por militantes del PLM.
Abraham Trujillo, obrero consciente, el 7 de diciembre
dirigió una manifestación callejera
y proclamó la necesidad en México
de una tercera revolución, considerando
que las anteriores fueron la Independencia y la
Reforma.
Al mismo tiempo, los trabajadores poblanos lanzaron
un código laboral detallado, que claramente
reflejaba la influencia del programa del PLM.
Los patrones respondieron tomando represalias
el 22 de diciembre, con el cese de entre 20 mil
y 30 mil trabajadores en esa zona de Orizaba.
El dictador Díaz, el 4 de enero de 1907,
pronunció un laudo afirmando que no se
permitirían más huelgas en México,
que todos los obreros textiles de Puebla, Veracruz,
Tlaxcala, Querétaro, Jalisco y el Distrito
Federal regresaran a sus trabajos el 7 de enero.
Los obreros obedecieron, menos en Río Blanco,
donde se produjo un incidente en la tienda de
raya.
Durante un forcejeo, obreros irritados mataron
a un empleado; segundos más tarde la tienda
estaba en llamas. Las tropas federales corrieron
al sitio y dispararon contra un puñado
de obreros que ocupaban el palacio municipal.
Muchos obreros huyeron a Nogales, Veracruz, donde
fueron de nuevo atacados por las tropas.
El cónsul general de los Estados Unidos
en la Ciudad de México telegrafió
al Departamento de Estado de su país para
informar que la situación en Orizaba era
grave; había ya 49 muertos; que el Subsecretario
de Guerra iba a ese lugar, que una gran fuerza
de tropas federales se dirigía hacia el
escenario del disturbio y que la prensa de aquí,
subsidiada casi en su totalidad, ha recibido instrucciones
específicas de no dar noticias acerca de
la gravedad de la situación.
Los obreros que habían escapado de la matanza
escuchando el triste tañido de muerte en
Río Blanco, decidieron regresar para recoger
los cuerpos de sus muertos. Fueron atacados en
el camino por refuerzos federales, quienes dispararon
sobre los trabajadores desarmados que avanzaban.
Hubo un número indeterminado de muertos,
todos obreros textiles, durante la más
sangrienta matanza de la dictadura porfirista.
El de 1908 fue el segundo levantamiento contra
la tiranía porfirista burguesa.
Pero, tanto del primer levantamiento de 1906 como
de este segundo, el gobierno mexicano se enteró
con anterioridad y con la ayuda del gobierno de
Estados Unidos, los aplastó sangrientamente.
El segundo brote armado estaba planeado para septiembre
de 1907, pero el arresto de Ricardo, Librado Rivera
y Antonio J. Villarreal en Los Ángeles,
en agosto de 1907, hizo que se pospusiera.
Los miembros del PLM acordaron dedicar sus recursos
económicos a la defensa legal de sus líderes
ya reunir más armas y más apoyo
popular que en 1906, en contra del ejército
mexicano, más poderoso, de las patrullas
fronterizas estadounidenses y de una vasta red
de espionaje.
En virtud del segundo levantamiento, el 23 de
junio de 1908, las autoridades de El Paso irrumpieron
en la casa de Prisciliano G. Silva y confiscaron
más de tres mil cartuchos de municiones.
Entre los documentos sustraídos estaba
una extensa carta de Ricardo a su hermano Enrique,
fechada 7-9 de junio de 1908, donde se exponen
los planes detallados para la rebelión
en casi todos los Estados de la República.
Planes adicionales del PLM fueron descubiertos
en Casas Gran- des, Chihuahua. Una redada del
gobierno en ese lugar, el 18 de julio, propició
la captura de 20 rebeldes del PLM y una cantidad
de documentos comprometedores. Tan rápida
acción del gobierno, repetida en otros
Estados de la República, impidió
al PLM hacer su levantamiento a nivel nacional.
El primer hecho de armas ocurrió el 24
de junio en Viesca, al sur de Coahuila, cuando
los rebeldes lanzaron un ataque armado a los gritos
de "iViva la revolución! iViva el
Partido Liberal!"
Los rebeldes asaltaron las oficinas del gobierno
municipal, la casa del jefe político y
la sucursal del banco de Nuevo León. Por
un breve periodo tuvieron el control del pueblo,
pues en uno o dos días llegaron tropas
federales suficientes para recuperar el pueblo.
El 26 de junio, un grupo de rebeldes del PLM,
en Las Vacas, Coahuila, atacó la guarnición
militar. Después de sufrir considerables
bajas, los rebeldes se retiraron. El 30 de junio
y el primero de julio, hubo tiroteos en las calles
de Palomas, Chihuahua. Cincuenta rebeldes se levantaron
en Casas Grandes y, al ser rechazados, se dirigieron
a Palomas.
El PLM fue aplastado; los que no fueron muertos
anduvieron por el desierto cercano durante días
antes de encontrar refugio en los Estados Unidos.
Similares derrotas sufrió el PLM en los
Hornos, Matamoros, y en Sierra de Jimulco, Coahuila.
En Baja California, un pequeño contingente
del PLM atacó Mexicali y luego se movió
tierra adentro. En Sonora, los indios yanquis
rebeldes, encabezados por Palomares, se limitaron
básicamente a combatir en las montañas.
Más tarde Palomares fue arrestado.
En el Estado de Veracruz, en donde muchos campesinos
se habían levantado en 1906, los planes
del PLM fueron desbaratados. Los arres- tos ordenados
por el gobierno frustraron una nueva revuelta
planeada para Orizaba y otras localidades.
Debido a semejante trastorno, las comunicaciones
entre los miembros del PLM se interrumpieron en
todo México. Reinó la confusión
total entre los revolucionarios.
Mientras tanto, el Procurador General de los Estados
Unidos ordenó que los altos dirigentes
del movimiento, Ricardo, Rivera y Villarreal,
confinados en la cárcel del condado de
Los Ángeles, California, desde fines de
1907, fueran incomunicados.
Las tropas estadounidenses fueron reforzadas a
lo largo de la frontera de 1908 a 1910. Tales
precauciones, junto con más arrestos de
dirigentes del PLM, obligaron a los rebeldes a
diferir los planes de futuros levantamientos armados
y mantener la clandestinidad y la guerra de guerrillas
hasta el resurgimiento de unidades de combate
en la insurrección armada nacional de 1910,
convocada por los maderistas..
CAPÍTULO SIETE
EL ANARQUISTA
Librado Rivera, el más fiel y constante
de los camaradas de Ricardo, en el prólogo
al libro Ricardo Flores Magón, el apóstol
de la Revolución Mexicana, de Diego Abad
de Santillán, dice que ya en 1900 Ricardo
conocía La conquista del pan y La filosofía
anarquista de Pedro Kropotkin; había leído
a Bakunin, las obras de Juan Grave, Enrique Malatesta
y Máximo Gorki, a quienes respetaba como
sus maestros y por los cuales sentía especial
predilección.
Rivera, en ese mismo prólogo, reconoce
que no hay partido político que lance vivas
muy altas a la anarquía y haga especial
propaganda de la belleza de ese ideal, como lo
hizo Regeneración.
Desde temprana edad las ideas anarquistas habían
tenido cariñosa aceptación en la
mente de Ricardo. Debido a su iniciativa, en 1902
se publicó en Vesper parte de La conquista
del pan, de Pedro Kropotkin.
En 1906, Ricardo asistió a las conferencias
de Emma Goldman en San Luis Missouri. En esa misma
ciudad, Ricardo conservó estrecha amistad
con un grupo anarquista ruso y, en especial, con
Florencio Bazora, un anarquista español
que tuvo para con Ricardo un cariño de
hermano.
Bazora contribuyó mucho a fomentar la campaña
de propaganda revolucionaria, ayudando con su
dinero, vendiendo Regeneración y colectando
fondos para la vida del periódico.
Florencio comprendía cuáles eran
los fines de Ricardo: trabajar en el seno del
Partido Liberal para difundir, en el pueblo mexicano,
los hermosos ideales anarquistas.
Librado dijo que Ricardo odiaba, desde joven,
toda tiranía y todo gobierno. Cuando los
miembros armados del PLM solicitaban que la junta
los nombrara jefes, Ricardo era el primero en
rechazar tal sugerencia, pues contestaba en todas
esas ocasiones que los mismos grupos tenían
que nombrar sus jefes de entre ellos mismos, o
quitarlos cuando así lo juzgaran conveniente.
"La junta no iba a convertirse en gobierno
central; nombrando jefes que, a la postre, se
conviertan en tiranos de sus mismos hermanos",
decía Ricardo.
Líneas atrás, hemos visto que, según
Cockcroft, fue Camilo Arriaga quien le dio a leer
a Ricardo obras de Proudhon, Marx, Engels, Bakunin,
etc.
Santiago R. de la Vega reconoció que fue
Camilo quien puso en las manos de Ricardo y demás
jóvenes, libros de Marx, Kropotkin y toda
la biblioteca anarquista de la Librería
Stoock.
Las obras de los anarquistas europeos también
se podían adquirir en San Luis Potosí
y otras ciudades de México, gracias al
esfuerzo de edición y distribución
de la casa española Editorial Maucci.
Al final del siglo XIX, Maucci, rico idealista
con tendencias anarquistas, instaló una
imprenta en México. El interés de
Maucci en el anarquismo fue la principal causa
de su amistad con Ricardo, amistad iniciada en
1900-1901, cuando, como presidente del Comité
Liberal de Estudiantes de San Luis Potosí,
invitó a Ricardo a asistir al Primer Congreso
Liberal de febrero de 1901.
Antonio Díaz Soto y Gama veía este
primer Congreso como una excelente fachada, detrás
de la cual él y otros jóvenes radicales
podían desarrollar sus ideas anarquistas
y socialistas. .
Cockcroft afirma que, en el Primer Congreso Liberal,
fue natural para Librado Rivera hacerse amigo
de Ricardo y de Soto y Gama, con quienes había
tenido correspondencia o conversaciones previas.
Los tres hombres eran entusiastas de las ideas
anarquistas e hicieron buen uso de la colección
bibliográfica de Arriaga.
A mediados de marzo de 1903, en el interior de
la cárcel de Belén, Ricardo, su
hermano Enrique, Juan Sarabia, Librado Rivera,
Cravioto, De la Vega, De la Hoz, Rosalío
Bustamante y Martínez Valadés, se
pusieron de acuerdo en ocultar su anarquismo revolucionario,
derivado de Bakunin. Decidieron que las palabras
"socialismo" y "anarquismo",
motivo de espanto para el medio general dominante,
no debía ser utiliza das en el Programa
del Partido Liberal Mexicano, el cual, al principio,
sería de carácter amplio y no demasiado
amenazante en las cuestiones agrarias y obreras,
para mantener el interés de los liberales.
También planearon que, después de
salir de la prisión, irían a los
Estados Unidos a continuar la publicación
de Regeneración, y constituirían
un programa de demandas económicas y sociales
para los obreros y campesinos. Después
organizarían a los militantes del PLM en
células revolucionarias armadas. De fracasar
en el primer levantamiento, acordaron "insistir
una y mil veces hasta que el movimiento se generalizase".
Finalmente, decidieron que su grupo propagaría,
cada vez en forma más abierta, la implantación
del "socialismo libertario", ahorrándose
"el período de transición de
los socialistas estatales". Esto constituyó
una importante concesión al anarquismo
de Ricardo, quien estaba perfilándose como
un prominente dirigente del movimiento.
Fue en marzo de 1904 cuando, debido al anarquismo
de Ricardo, Arriaga planteó sus diferencias
acerca de la dirección del movimiento.
Aunque profundas diferencias ideológicas
y sociales subyacían en la división
de Flores Magón-Arriaga, ninguno de los
liberales deseaba que ese problema se hiciera
notar, y menos en un período tan temprano
de la lucha contra la tiranía.
A principios de 1905, Arriaga consiguió
que Madero prestase dos mil dólares para
la publicación de Regeneración.
A pesar del interés de Madero por trabajar
con Ricardo, profundas diferencias ideológicas
los separaban, como veremos más adelante.
Cuando Ricardo hizo público su anarquismo,
no sólo se separó de Arriaga sino
que logró la definición política
del hacendado burgués Madero. En octubre
de 1905, en El Colmillo del Pueblo, Ricardo calificó
a Arriaga de virtual traidor. Sin embargo, el
anarquismo de Ricardo fue moderado por Juan Sarabia,
asistido por Arriaga, durante la redacción
final del programa del PLM.
Cockcroft afirma que tanto Práxedis Guerrero
como Ricardo y la mayoría de los dirigentes
del PLM se adhirieron más abiertamente
al anarquismo durante el periodo de 1906-1909.
El primero de junio de 1907, el PLM empezó
a publicar Revolución, sucesor de Regeneración,
en Los Ángeles, Califonia. Al exhortar
a la ocupación de tierras, el antiparlamentarismo,
el levantamiento armado revolucionario por el
programa del PLM y una guerra de los pobres contra
los ricos, "los artículos de Ricardo
se volvía cada vez más explícitos,
cada vez más anarquistas". A principios
de ese mismo año, ya aparecían regularmente
selecciones de las obras de Kropotkin en la página
posterior de Revolución.
Cockcroft asegura que la víspera del segundo
levantamiento arma- do ( 1908), una mayoría
de la Junta Organizadora del PLM, encabezada por
Ricardo, Enrique, Rivera y Guerrero, acordó,
secretamente, inclinar el movimiento al anarquismo.
El 13 de junio de 1908, Ricardo escribió
una carta a su hermano Enrique y a Práxedis
Guerrero, donde les informaba que Librado Rivera
está de acuerdo con el contenido de ella:
Como anarquistas sabemos bien todo esto. Sabemos
bien lo que hay que esperar del mejor gobierno
que pueda pasar sobre cualquier pueblo y como
anarquistas, debemos poner todo lo que esté
a nuestro alcance para que la revolución,
que está en vísperas de estallar;
dé al pueblo todos los beneficios que sean
posible conquistar:..
Todo se reduce a mera cuestión de táctica.
Si desde un principio nos hubiéramos llamado
anarquistas, nadie, a no ser unos cuantos, nos
habían escuchado. Sin llamarnos anarquistas,
hemos ido prendiendo en los cerebros, ideas de
odio contra la clase poseedora y contra la casta
gubernamental. Ningún partido liberal en
el mundo tiene las tendencias anticapitalistas
del que está próximo a revolucionar
en México, yeso se ha conseguido sin decir
que somos anarquistas, y no lo habríamos
logrado aunque nos hubiéramos titulado
no ya anarquistas. Todo es, pues, cuestión
de táctica.
Debemos dar las tierras al pueblo en el curso
de la Revolución,. de ese modo no se engañará
después a los pobres. No hay un solo gobierno
que pueda beneficiar al pueblo contra los intereses
de la burguesía. Esto lo saben bien ustedes
como anarquistas... debemos dar posesión
al pueblo de las fábricas, las minas, etc...
Para no echamos encima a la nación entera,
debemos seguir la misma táctica que hemos
ensayado con tanto éxito,. nos seguimos
llamando liberales en el curso de la Revolución,
pero en realidad iremos propagando la anarquía
y, ejecutando actos anárquicos, iremos
despojando a los burgueses y restituyendo al pueblo...
Creo que es necesario que vengan muchos anarquistas
para que aleccionen al pueblo. Además,
es bueno hacer reimprimir folletos y libros anarquistas
para que sean repartidos por millones...
Sé que de escoger dos caminos para las
expropiaciones, la junta puede decretarlas, o
bien los obreros pueden consumarlas, y este caso
me parece el mejor; porque disfraza muy bien el
carácter anarquista de la Junta. No tenemos
mas que aprobar hechos consumados. Para seguir
esta última táctica hay necesidad
de hacer una gran agitación entre los obreros,
repartirles folletos, libros, meter entre ellos
agitadores anarquistas..., la cuestión
es traerse, una vez comenzada y formalizada la
revolución, un gran número de compañeros
de Europa, a fomentar en México la publicación
de muchos periódicos anarquistas..., sólo
los anarquistas van a saber que somos anarquistas,
y les aconsejaremos que no nos llamen anarquistas,
para no atemorizar a tanto imbécil que
en el fondo de la conciencia abriga ideales como
los nuestros, pero sin saber que son ideales anarquistas,
pues están acostumbrados a oír hablar
de los anarquistas en términos desfavorables.
El siguiente documento anarquista sería
el Manifiesto del 23 de septiembre de 1911, pero
antes de analizarlo relataremos, brevemente, los
hechos ocurridos entre magonistas y maderistas.
Capítulo Ocho Magonistas y maderistas
El cisma Flores Magón-Camilo Arriaga de
1904-1905, presagió las diferencias políticas
de los magonistas y maderistas durante 1906- 1910.
La división en el seno de los liberales
se debió a la radicalización hacia
la izquierda de la ideología y de los planteamientos
políticos, así como el llamamiento
a la insurrección armada, por parte de
los magonistas, encabezados por Ricardo.
Esta radicalización tuvo sus frutos en
la fundación del Partido Liberal Mexicano
(1905), con la influencia de las huelgas de Cananea
y Río Blanco y con los levantamientos armados
de 1906, 1908 y 1910.
La tendencia reformista de Camilo Arriaga, en
1906, fue ocupada y encarnada por el movimiento
maderista.
Mientras los nuevos reformistas planteaban demandas
puramente políticas, con medios pacíficos
y legales, cuyo fin era sustituir la tiranía
porfirista por un nuevo sistema político
"democrático" --es decir, perpetuar
el capitalismo en nuestro país, los magonistas,
desde 1905, comenzaron a organizarse militarmente
para derrocar, con las armas, el sistema capitalista
e instaurar una sociedad sin propiedad privada,
sin ricos ni pobres y sin gobierno. Una sociedad
en que la tierra, las fábricas y todas
las riquezas estuviesen en manos de sus propios
creadores: los trabajadores del campo y la ciudad.
Cuando los magonistas estaban listos para levantarse
en armas en 1906, Madero rehusó proporcionar
armas a los miembros del PLM, alegando que "el
general Porfirio Díaz no es un tirano:
es algo rígido pero no un tirano, y aún
cuando fuera un tirano, yo nunca prestaré
ninguna ayuda para hacer una revolución,
pues tengo horror por el derramamiento de sangre".
Madero creía que los problemas de México
eran fundamentalmente políticos y no económicos.
Durante su campaña presidencial de 1910,
se opuso a las Leyes de Reforma, afirmando que
violaban la libertad política y que los
intereses religiosos no eran una amenaza para
México.
A los trabajadores de Orizaba y San Luis les dijo
que no les estaba ofreciendo aumentar los salarios
ni disminuir las horas de trabajo, "sino
libertad, porque la libertad os servirá
para conquistar el pan..., el pueblo no pide pan,
pide libertad".
En tanto, los magonistas sufrieron 10 años
persecuciones, cárceles, destierro y muertes,
los maderistas, con su lucha legal y pacífica,
solo dos años ( 1909-1910) experimentaron
la represión porfiriana.
En agosto de 1910, Ricardo, Librado Rivera y Antonio
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