Nació
en Texcoco, Méx., el 2 de abril de
1857; falleció en Coyoacán,
D.F., el 29 de diciembre de 1908. Ingresó
en la Academia el 25 de septiembre de 1893
como numerario; silla que ocupó: VII
(3º). |
Francisco
de Paula Labastida y Tessier nació en Texcoco
el 2 de abril de 1857. Murió en Coyoacán
el 29 de diciembre de 1908.
Hizo sus estudios en el colegio
particular del presbítero don Vicente Salinas
y en la Escuela Nacional Preparatoria, en la que
fue alumno de Gabino Barreda, a quien contradecía
brillantemente, en su cátedra de Filosofía
positivista. Se dedicó a estudiar profundamente
las matemáticas, la física y la
química, pero de manera especial la lengua
castellana, que profesó en la Escuela Nacional
Preparatoria.
Se le tiene como uno de los
mejores hablistas que ha dado México. En
1882 ingresó al oratorio de San Felipe
Neri; al año siguiente recibió el
orden sacerdotal y en el inmediato marzo cantó
su primera misa solemne en la Profesa. En 1898
ingresó al Cabildo Metropolitano como Prebendado
y ascendió a Canónigo. En 1896 asistió
como consultor a las sesiones del V Concilio Mexicano.
Ingresó a la Academia
Mexicana de la Lengua el 25 de septiembre de 1893
en la Silla número VII que dejó
vacante don José María Marroqui.
Todos coinciden en proclamar
su prosapia intelectual. El académico don
Alberto María Carreño lo menciona
entre algunos de los miembros más ilustres
de la Academia. Su mayor fama reside en su discurso
académico, "Estudio sobre el pronombre".
El canónigo Labastida presenta una tesis
audaz y peregrina en lo que toca a los pronombres.
La extrañez -dice- de una opinión
que se aparta de la doctrina recibida hoy generalmente,
y la trascendencia que implica en mi concepto
la clasificación que ahora propugno, me
han urgido a someter desde luego a vuestro ilustrado
criterio los fundamentos de mis conclusiones,
anticipando así un trabajo que me había
propuesto no llevar a su término, sino
después de mayor estudio y más reposada
meditación. A reserva, pues, de ampliarlo
y tan sólo para daros muestra de mis aficiones
filológicas, voy a presentar las razones
que me han inducido a comprender en la clase de
los pronombres, así a los positivos mi,
tu, su, mío, tuyo, suyo, como los demostrativos
este, ese, aquel. A partir de esta postulación,
Labastida y Tessier argumenta brillantemente en
favor de su tesis, con el auxilio de las grandes
autoridades en la materia y con apoyo en los textos
clásicos. La argumentación, que
tiene todas las trazas de un alegato sólidamente
fundado, crea en el lector la legitimidad de sus
postulados. Sin embargo, las conclusiones de Labastida
no llegaron a la gramática tradicional,
ni a la enseñanza de la materia. Ello,
no obstante, no le resta brillantez al alegato,
ni va contra la buena fama de nuestro autor. Al
concluir su “Estudio sobre el pronombre”
nos dice: “No concibo siquiera la esperanza
de llevar mis convicciones a ningún entendimiento;
antes me siento avergonzado por haberme atrevido
a elevar mi voz en este respetable concurso y
tenido el arrojo de ponderar en la grosera balanza
de mi torpe juicio las opiniones de los gramáticos
más afamados, cuando debiera esperar de
vosotros, los maestros del bien decir, vuestra
autorizada decisión. Pero aún es
tiempo, señores Académicos, de que
cortéis las alas a mi osadía, condenando
al olvido estas primicias de mis afanes que os
presento.” Publicó; “Estudio
sobre el pronombre” (Memorias de la Academia
Mexicana, Tomo Cuarto, Número 1, pp. 55-74,
México, 1895); “Oración. Pronunciada
por su autor, el 8 de marzo de 1896, en la inauguración
de la Catedral de San Luis Potosí, con
motivo del Jubileo Episcopal del diocesano Ilustrísimo
Señor Doctor y Maestro D. Ignacio Montes
de Oca y Obregón (Memorias de la Academia
Mexicana, Tomo Cuarto, Número 1, pp. 224-243,
México, 1895); “Discurso” del
señor canónigo don Francisco de
Paula Labastida en honor de don Rafael Ángel
de la Peña (Memorias de la Academia Mexicana,
Tomo Sexto, Número 6, pp. 27-48, México,
1910); que revelan una variada erudición
y un estricto y elegante manejo del idioma español.
Andrés Henestrosa
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, pp. 153-154
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