Nació
en México, el 6 de febrero de 1824;
falleció en México, D.F., el
24 de abril de 1898. Ingresó en la
Academia el 31 de mayo de 1892 como numerario;
silla que ocupó: VII (2º). |
José
María Marroqui nació en la ciudad
de México, el 6 de febrero de 1824, y murió
en la misma el 24 de abril de 1898. Tras realizar
estudios en el Seminario Conciliar, en 1840 recibió
el grado de bachiller de Filosofía en la
Universidad.
Se mostró indeciso en
escoger la carrera profesional, pues a poco de
iniciarse formalmente para seguir la de Derecho,
optó por inscribirse en la de Medicina,
la cual concluyó en 1847.
En ese mismo año, al
sobrevenir la invasión norteamericana,
se filió entre los polkos, combatió
al enemigo y prestó importantes servicios
médicos. Por cerca de diez años
también los suministró al Hospital
de San Andrés (fue inclusive director supernumerario)
, pero al presentarse una crisis se le despidió
agradeciéndole "su generosidad de
servir gratuitamente y sin estipendio de ningún
género".
Fue regidor, y se le debe la
reglamentación para el ejercicio de las
"mujeres extraviadas". Amigo muy allegado
del general Comonfort, durante la presidencia
de éste actuó como su secretario
particular. Electo diputado al Congreso de la
Unión en 1861, al año siguiente,
en la batalla de Puebla, fue comandante del Cuerpo
Médico Militar. Agregado a la comitiva
del Presidente Juárez en el éxodo
hacia el Norte, el doctor Marroqui radicó
en Fresnillo, y por espacio de un año atendió
a pacientes. De regreso en la capital, desempeñó
funciones como juez del Registro Civil. De 1874
a 1878 fue cónsul de México en Barcelona;
como los trastornos de aquí impedían
la puntual llegada de los sueldos, hubo de emplearse
como maestro de escuela para hacer frente a las
necesidades.
Vuelto al país, se dedicó
arduamente a las investigaciones históricas,
en tanto desempeñaba las cátedras
de lengua castellana y de literatura en la Escuela
Nacional Preparatoria. Como tenía pocos
libros, las consultas las hacía en el vastísimo
repositorio del bibliógrafo y canónigo
don Vicente de P. Andrade.
Su obra más famosa es
La ciudad de México, cuya elaboración
le ocupó los últimos veinte años
de su vida. Dice don Luis González Obregón:
"Alternaba sus diarios paseos matutinos y
vespertinos por la Calzada de la Reforma y la
Alameda, su sitio predilecto, charlando con amigos
bajo los árboles o en los billares del
Hotel de Iturbide. (...) El resto de su tiempo
lo consagraba a inquisiciones históricas,
recorriendo, fatigado y sudoroso, casas y calles
en busca de noticias, y sentándose, incómodo
por su obesidad, ante las mesas de bibliotecas
y archivos, para hojear uno a uno polvorientos
manuscritos, de caracteres ininteligibles muchos
de ellos.” En 1896 obsequió esa obra
a la Municipalidad, con la sola condición
de que se le proporcionase una persona encargada
de sacar copia en máquina del manuscrito.
La tarea se prolongó hasta los últimos
límites de su existencia, de suerte que
el original se entregó al Cabildo el 22
de abril de 1898, dos días antes de la
muerte del doctor Marroqui. El autor estipuló
en las últimas disposiciones se le sepultase
en una fosa de tercera clase en el Panteón
de Dolores, sin ponerle inscripción alguna.
Contiene La ciudad de México un caudal
de informaciones sobre costumbres, creencias populares,
tradiciones, fiestas religiosas y civiles, cédulas,
reales órdenes y otros documentos legislativos
acerca de encomiendas y de la esclavitud de los
negros o de los indios, según enumeró
los temas González Obregón. Si bien
la obra no muestra una estructura coherente, encierra
monografías aisladas riquísimas
en datos. También escribió Marroqui
algunos tratados didácticos, como Estudio
sobre los verbos irregulares (1872); Epítome
de la Gramática de la lengua castellana
(1873, éste de mucho éxito aquí
y en el extranjero, reimpreso en Barcelona en
1874, y en México en 1878); Prosodia y
ortografía (1879) y Lecciones de ortología
castellana (1883). Incursionó en el género
novelesco con La Llorona, cuento histórico
mexicano (1887). La ciudad de México consta
de 3 volúmenes de 636, 652 y 744 páginas
y se publicó en 1900.
Antonio Acevedo Escobedo
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, pp. 164-166
----------------------------------------------------------------------------
|