Nació en México, D. F., el 7
de enero de 1864; falleció en México,
D.F., el 16 de julio de 1924. Ingresó
en la Academia en 1910 como numerario; silla
que ocupó: IX (4º). Cargo: Censor (2º):
1917-1924. Otras distinciones: Fue Secretario
interino en 1910 y Director interino en 1915.
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Manuel
G. Revilla
Manuel Gustavo Antonio Revilla nació en
la ciudad de México el 7 de enero de 1864.
Hizo sus estudios en la capital y en 1887 se graduó
como abogado, aunque no llegó a ejercer
su profesión, ya que se dedicó a
la enseñanza y a las letras. Estas aficiones
acaso le venían de su padre, Domingo Revilla,
que había sido coetáneo y amigo
de Manuel Payno, Guillermo Prieto, José
María Roa Bárcena y Casimiro del
Collado y colaborador de las revistas literarias
del segundo tercio del siglo XIX. En atención
a sus conocimientos artísticos, en 1892
fue nombrado profesor de Historia del arte en
la Academia de San Carlos, donde enseñará
hasta 1902. En 1903 se le nombró secretario
de la Academia y se le encargó, al mismo
tiempo, en unión del profesor y pintor
José Salomé Pina, la formación
del catálogo razonado de las obras de la
institución. Revilla terminó la
sección de escultura y la parte moderna
de la sección de pintura. Poco después,
en 1905, ganó por oposición la plaza
de profesor adjunto de la Lengua castellana en
la Escuela Nacional Preparatoria, cátedra
que ocupó como titular al fallecimiento
del profesor Rafael Ángel de la Peña
en 1906. Por estos años, Revilla fue cónsul
de México en América Central y del
Sur y en Europa. Después de la Revolución,
poco se sabe de su vida, aunque publicaba de cuando
en cuando artículos periodísticos
o algunos de sus libros.
El 11 de febrero de 1902 Manuel
G. Revilla fue elegido Miembro Correspondiente
de la Academia Mexicana, y de Número en
1910, para ocupar la silla IX. En 1915 fue director
interino de la Academia y, desde 1917, censor.
Murió, también en la ciudad de México,
el 16 de julio de 1924.
Su obra más importante
la escribió Revilla a los treinta años,
poco después de ocupar la cátedra
de Historia del arte en la Academia de San Carlos
y por indicación de su director Román
S. de Lascuráin: El arte en México
en la época antigua y durante el gobierno
virreinal (Oficina Tipográfica de la Secretaría
de Fomento, México, 1893). Antes de aquel
estudio, sólo existían estudios
parciales, especialmente sobre la pintura colonial,
de manera que el libro de Revilla puede ser considerado
la primera historia de nuestras artes. Era también
la primera en considerar como arte el de la época
prehispánica en cuyos monumentos apreciaba
“valientes rasgos de belleza”. El
arte colonial era para su autor sólo “una
variante del genuinamente español”.
La obra estaba limitada por la perspectiva y las
informaciones disponibles en su época y,
pese a las limitaciones y errores que ahora podemos
advertir, fue durante muchos años una obra
útil e indispensable. En 1923 la reeditó
Revilla, con el título de El arte en México
(Librería de Porrúa Hermanos, México),
añadiéndole abundantes notas y explicaciones
para las ilustraciones.
Para concluir el ciclo que en su obra de 1893
se había interrumpido en la Colinia, Revilla
publicó un volumen de Biografías
(Artistas) del siglo XIX (Imprenta de V. Agüeros,
editor, México, 1908, Biblioteca de Autores
Mexicanos, vol. 60), así como estudios
separados de Santiago Rebull (Semanario Literario
Ilustrado, México, abril de 1902) y de
El paisajista don José María Velasco
(Escuela Tipográfica Salesiana, México,
1912), aparecido este último el año
mismo de la muerte del pintor y con una valoración
muy sagaz del arte del paisajista que consideraba
original y con varonil energía. “Su
nota dominante -apuntaba Revilla- es lo grandioso
del paisaje.”
En el volumen En pro del casticismo (Andrés
Botas e Hijo, México, 1917) coleccionó
Revilla algunos de sus principales estudios gramaticales
y literarios, entre estos últimos, el discurso
sobre “Los fundamentos del arte literario”,
de 1915 -que se diría una última
carta jugada en defensa de la preceptiva tradicional-
y estudios acerca de las obras de Cervantes Saavedra
y de Roa Bárcena. El volumen concluye con
la traducción del “Discurso sobre
el estilo” de Buffon.
José Luis Martínez
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, 313 pp.
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