Nació
en Cunduacán, Tab., el 25 de mayo de
1839; falleció en México, D.F.,
el 6 de marzo de 1912. Ingresó en la
Academia en 1906 como numerario; silla que
ocupó: XI (2º). |
Manuel
Sánchez Mármol
Nació en Cunduacán, pueblo del estado
de Tabasco, el 25 de mayo de 1839, y murió
en la ciudad de México, el 6 de marzo de
1912.
En 1853, a los catorce años,
una beca le permitió ingresar al Seminario
Conciliar de San Ildefonso, de México,
donde terminó el bachillerato de Leyes
en 1862. Se recibió de abogado en San Cristóbal
(Chiapas) el 13 de noviembre de 1865.
Desde muy joven lo atrajo el
periodismo y la literatura. En la escuela redactó,
con un compañero, dos periódicos
manuscritos: El Rayo y El Investigador. En 1861
publicó, en colaboración con Alonso
Regil, una antología de Poetas yucatecos
y tabasqueños. Organizó la sociedad
literaria "La Concordia", cuyo órgano
fue el periódico La Guirnalda.
En Tabasco, durante la Intervención
francesa, defendió valientemente con su
pluma la causa nacional, y ocupó diversos
cargos públicos: Secretario general de
Gobierno, Magistrado del Tribunal Superior y diputado
a la Legislatura local. Diputado al Congreso de
la Unión en 1868, no ocupó su curul
hasta 1871, y fue reelecto varias veces, unas
por el Estado de Veracruz y otras por el de México.
Ministro de Justicia del Presidente José
María Iglesias, en 1876, al triunfo de
Porfirio Díaz regresó a Tabasco.
Primer director del Instituto Juárez (1879)
y después del de San Juan Bautista, hoy
Villahermosa (1883-1886). Defendió las
ideas liberales en su periódico El Águila
Azteca. A sus artículos en El Clamor Público
-que fundó con Pedro de Regil, Eligio Ancona
y Ramón Aldana- debió su entrada
al Ayuntamiento de Mérida. Con José
Peón y Contreras y Manuel Roque Castellanos
fundó el periódico satírico
La Burla, suprimido por el gobierno de Yucatán.
Colaboró en El Repertorio Pintoresco, de
Crescencio Carrillo y Ancona, El Álbum
Yucateco y El Disidente, y, ya en la capital de
la República, en El Federalista y El Siglo
XIX.
En 1892 se radica en la ciudad
de México. Abre su bufete de abogado y
da clases, en la Escuela Nacional Preparatoria,
de Historia de México y de Literatura.
Diputado un período tras otro hasta 1906,
en que pasa a ser senador, y lo fue hasta su muerte,
el 6 de marzo de 1912. Además del periodismo
se dedicó a la novela. Principió
con el Brindis de Navidad, breve narración
publicada en 1871 en el Álbum de Navidad.
En 1882 aparece Pocahontas, sátira política
que anda perdida en una edición de provincia
(San Juan Bautista) y que nunca ha sido reeditada.
En 1892 aparece con el título de La pálida,
su primera novela formal, después titulada
Juanita Sousa (México, 1901), historia
de trágico idilio de provincia. Educado
en los grandes novelistas españoles de
la segunda mitad del siglo XIX, principalmente
en Juan Valera, presenta en exactas y ordenadas
perspectivas los escenarios de su narración,
y con acusados perfiles, a la vez reales y sintéticos,
a sus personajes. Escritor elegante y castizo,
su obra más importante y a la que debe
principalmente su fama es Antón Pérez
(1903 y 1974, volumen 90 de la “Colección
de Escritores Mexicanos”, que incluye Juanita
Sousa). Es un episodio real de la guerra de Intervención
Francesa en el Estado de Tabasco, del que fue
testigo Sánchez Mármol. Su protagonista
y principales personajes existieron en la realidad,
y las luchas, encuentros, ataques y sorpresas
siguen dramática y fielmente la historia.
Pertenece al grupo de los grandes novelistas mexicanos
de fines del siglo XIX y principios del XX, en
el que figuran Rafael Delgado, José López
Portillo y Rojas, Victoriano Salado Álvarez
y Federico Gamboa. En 1906 ingresa a la Academia
Mexicana de la Lengua y publica su última
novela: Previvida, cuyo ambiente urbano y sicológico
no parece haber despertado gran interés.
Además de los discursos, artículos
y cuentos que reunió el Estado de Tabasco
en sus Obras sueltas (1950-1951) publicó
una breve reseña de la literatura mexicana
en México, su evolución social (1902),
de la que hay edición aparte: Las letras
patrias. Al igual que Rafael Delgado pertenece
al realismo moderado de la novela de su tiempo.
Pero, por la larga descripción en que Antón
Pérez, mortalmente herido e imposibilitado
para toda defensa, es devorado por los zopilotes,
y, en Juanita Sousa, por la pintura de los vicios,
suciedad y miserable muerte de una infeliz ebria,
hay que considerar a Sánchez Mármol
como el primer novelista mexicano que, antes que
Federico Gamboa, amplía los campos del
realismo en la novela. Sus restos descansan en
la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Antonio Castro Leal
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, 313 pp.
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