Nació
en San Luis de La Paz, Gto., el 23 de diciembre
de 1888; falleció en México,
D.F., el 28 de febrero de 1962. Categoría:
Numerario; silla que ocupó: V (no la
ocupó) (5º). |
Alfonso
Teja Zabre
La amplitud de los géneros en que se manifestó
la inteligencia de Alfonso Teja Zabre revela su
personalidad. De San Luis de la Paz, Guanajuato
-nació el 23 de diciembre de 1888-, hizo
sus estudios preparatorios en el Instituto Científico
y Literario de Pachuca y con una beca del estado
de Hidalgo ingresó a la Escuela Nacional
de Jurisprudencia, en donde hubo de graduarse
de Licenciado en Derecho, en 1909.
Se consagró a la historia
de México, previa una rigurosa disciplina
adquirida en las clases que se impartían
en el Museo Nacional de Historia, dirigido por
don Genaro García.
Fue miembro del Ateneo de la
Juventud y formó parte del grupo bohemio
conocido con el nombre de "La Horda",
Secretario del Museo Nacional, Defensor de Oficio,
Agente del Ministerio Público, Diputado
al Congreso de la Unión en 1913-1914, Magistrado
del Tribunal Superior del Distrito y Territorios
Federales, Ministro Consejero en la Embajada de
México en Cuba, Embajador en Honduras y
en la República Dominicana, catedrático
de historia de la Escuela Nacional Preparatoria
y de la Facultad de Filosofía y Letras,
y de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de
la UNAM; Miembro de la Academia Mexicana de Historia,
de la Academia de Ciencias Penales y de la Academia
Mexicana Correspondiente de la Española.
Teja Zabre fue muchos años
periodista, y colaboró como redactor, particularmente,
en El Demócrata, El Universal y El Universal
Gráfico.
Sus publicaciones abarcan el
género histórico, la narración,
el ensayo, la poesía y el Derecho Penal.
En materia histórica,
se destacó por su novedosa interpretación
de la historia de México (1933-1934-1935)
y en los libros dedicados a Morelos (1936), Cuauhtémoc
(1939) y Leandro Valle (1951), así como
a la Revolución Mexicana (1939). También
se apasionó por la filosofía de
este capítulo del conocimiento, en sus
trabajos La biografía de México
(1933), Teoría de la Revolución
(1936) y Dinámica de la historia y frontera
interamericana (1947).
En el orden literario, empezó
con la publicación de poemas y novelas,
y figuró con brillo en la elocuencia, distinguiéndose
como orador académico y en la tribuna del
jurado popular.
Se dedicó también al ensayo en trabajos
de la índole de El adiós a Rubén
Darío (1941), La estatua de Justo Sierra
(1942), Las exequias del orador Jesús Urueta
(1943) y Umbriel (1953).
En la Comisión Revisora del Código
Penal del Distrito y Territorios Federales de
1931 tuvo participación preponderante y
escribió la exposición de motivos
de ese ordenamiento, el mismo año, y el
libro Principios de ciencia penal (1950).
A punto de leer su trabajo de ingreso como miembro
de Número de la Academia Mexicana Correspondiente
de la Española, en la vacante que dejó
el licenciado José Vasconcelos, murió
el 28 de febrero de 1962 en la ciudad de México.
Su discurso, sobre la personalidad de Vasconcelos,
apareció publicado en el tomo XVIII de
las Memorias de la Academia, de 1967.
Salvador Azuela
Semblanzas de Académicos. Ediciones del
Centenario de la Academia Mexicana. México,
1975, 313 pp.
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